CÓRDOBA.- Rodolfo De Gasperín tiene más de 30 años enchufado a la nómina presupuestal de los distintos gobiernos municipales brincando como chapulín, porque un tiempo fue un celoso priista que llegó a ocupar incluso la Presidencia municipal y ahora se dice panista de corazón.
Nadie olvida que en 1983 ocupó un cargo edilicio y dos años después ocupó la Presidencia interina por el PRI. Luego, en los gobiernos panistas de Armando Croda y Hugo Fernández, y ahora de Tomás Ríos, se incrustó, como sanguijuela, en la nómina presupuestal.
Este viejo decrépito debería dejar de vivir del erario y darle oportunidad a los cientos de jóvenes que egresan de las universidades locales.