México.- En Nuevo León, la tensión política persiste mientras Samuel García y Luis Enrique Orozco se acusan mutuamente del delito de desacato, ambos reconociéndose como gobernadores del estado. La Real Academia de la Lengua Española define desacato como faltar al respeto, desobedecer o amenazar a una autoridad. En este contexto, García es acusado de desacatar sentencias de la Corte y el Congreso, mientras Orozco desobedece la del TEPJF.
El conflicto surge cuando el TEPJF ordena restituir a García como gobernador electo, pero el Congreso de Nuevo León nombra a Orozco como gobernador interino, desafiando la sentencia. García denuncia el nombramiento como ilegal y amenaza con una denuncia penal por usurpación de funciones, mientras Orozco acusa a García de desacatar al TEE y pretender asumir el poder sin la constancia de mayoría.
El desacato implica consecuencias graves, como destitución, inhabilitación o prisión, pero la resolución del conflicto dependerá de determinar la autoridad que prevalece y si el Congreso actuó conforme a la ley. La incertidumbre y la inestabilidad política persisten en Nuevo León.