Redacción EBT
Veracruz, Ver. – La noche del miércoles, alrededor de las 7:30 p.m., una tragedia ocurrió en el kilómetro 230 de la autopista Acultzingo-Ciudad Mendoza cuando un deslizamiento de tierra sepultó varios vehículos. Entre ellos, el auto de Manuel Sánchez, quien viajaba con su esposa Janet y su hijo Samuel. Mientras transitaban por la zona, la carretera se derrumbó de repente, y una pipa que viajaba delante de ellos volcó, desencadenando el caos. En cuestión de segundos, el vehículo de la familia comenzó a ser golpeado por rocas y ramas, con un crujido desgarrador que dejó a Manuel sin tiempo de reaccionar. “El carro comenzó a hacerse más delgado, como si fuera papel”, recordó el conductor.
Samuel, de solo seis años, dormía en el asiento trasero, pero fue despertado por el grito desesperado de su madre. Manuel, en un acto de desesperación, logró abrir la puerta del auto, sacar a su hijo y lanzarse al barranco. Janet intentó alcanzarlos, pero su pierna quedó atrapada entre las rocas. Con la voz entrecortada, Manuel relató que su esposa le pidió que se salvara y salvara a su hijo, sabiendo que no podía escapar. “Corrí, y en un milagro logré sacar su pie”, recordó Manuel mientras luchaba por mantener la calma.
El automóvil quedó sepultado bajo toneladas de tierra y piedras, con el motor aún funcionando y las luces intermitentes parpadeando sobre el caos. A pesar de los esfuerzos de otros automovilistas que también lograron salir a tiempo, la tragedia dejó una sensación de impotencia. Semanas después del derrumbe, la carretera sigue cerrada y las autoridades no han dado respuestas claras sobre los desaparecidos en este devastador accidente.