Orizaba.- Un fuerte olor a lo que vecinos describieron como amoniaco, alarmó a residentes de la Poniente 11 y movilizó al personal de Protección Civil. Al final se comprobó que era ácido sulfhídrico, debido a una acumulación de residuos en la cañería de un patio de vecindad.
La pareja integrada por Juana Galindo, de 81 años y su esposo Ramiro Martínez, de 82, se salvó de sufrir envenenamiento, luego de los fuertes olores que se concentraron en el interior de su baño.
Y es que, de acuerdo a los expertos en Protección Civil, la descomposición de los lodos subterráneos almacenados, o de los drenajes, de la materia orgánica, producen el ácido sulfhídrico, cuyos gases son altamente venenosos.
De acuerdo al reporte, estos hechos se registraron alrededor de las 8:30 horas, cuando Juana y su esposo Ramiro se encontraban en el interior de su domicilio ubicado en la privada 223 de la Poniente 11, entre Sur 8 y 10.
Pretendían asearse, por lo que ingresaron al sanitario; sin embargo, Juana se percató del fuerte hedor, mismo que era insoportable y que enseguida le irritó la garganta y los ojos.
“Yo pensé que mi esposo había mezclado cloro, pino, algunos químicos, pero Ramiro ya se estaba bañando en la parte alta”, explica la mujer de 81 años.
Estos olores fueron concentrándose aún más, alarmando a los vecinos del lugar, los cuales pensaron que se trataba de amoniaco, por lo que pidieron el apoyo de Protección Civil de Orizaba.
Pronto llegaron los elementos, encabezados por el técnico Antonio Vázquez Sánchez, los cuales buscaron el origen del olor y, al comprobar que se trataba de ácido sulfhídrico, exhortaron a los residentes del patio de vecindad a contratar a expertos para la limpieza de la cañería.
Tras advertir que el gas es venenoso, pronto ventilaron el lugar para evitar la exposición prolongada al también llamado sulfuro de hidrógeno.