AGENCIA
Italia.- Un gran revuelo causó la “exclusiva” de la cadena de televisión italiana “La7” sobre el caso de Emanuela Orlandi, la niña de 15 años desaparecida el 22 de junio de 1983 en el Vaticano y que inspiró una serie documental de Netflix sobre el caso que provocó que el papa Francisco ordenara una nueva investigación al respecto.
De acuerdo con la televisora, entre los documentos entregados por el fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, a sus colegas romanos en el marco de las más recientes indagatorias, emerge “una nueva hipótesis”, con un tío de la familia Orlandi como sospechoso.
Según esas informaciones, el tío de Emanuela, Mario Meneguzzi, ya fallecido, pudo haber “molestado sexualmente” a la hermana de la desaparecida, Natalina Orlandi, un dato que el fiscal vaticano supuestamente conoció al tener una correspondencia de la época entre el cardenal Agostino Casaroli (entonces secretario de Estado del Vaticano) con el confesor de la familia Orlandi.
Pietro Orlandi, hermano de la joven desaparecida y quien encabeza la lucha de la familia por conocer la verdad, manifestó su enojo por haberse “filtrado un secreto de confesión”, al tiempo que aclaró además que, el día en que Emanuela desapareció, su tío estaba de vacaciones”.
“Lo primero que pensé es que era una carroña. No esperaba que cayeran tan bajo”, denunció Orlandi en una conferencia de prensa ofrecida en la sede romana de la Asociación de la Prensa Extranjera.
Natalina, acompañada por la abogada de la familia Laura Sgro, negó tajantemente esa hipótesis y explicó que “no hubo abusos sexuales” sino “simples cortejos verbales”.
“En 1978 trabajábamos juntos y mi tío hizo unos simples cortejos verbales, como pequeños regalos, pero cuando entendió que no tenía posibilidad se detuvo. Solo se lo conté a mi novio Andrea, hoy mi esposo, y a mi padre confesor”, aseguró Natalina.
La hermana de la chica desaparecida denunció esta “filtración” por el daño causado a su tía, viuda de Meneguzzi, y a sus primos.
Natalina recordó que fue recibida por el cardenal Angelo Becciu, entonces número dos de la Secretaría de Estado vaticano y hoy caído en desgracia por un escándalo financiero, y que este le advirtió que si revelaban sus archivos, también saldría a la luz su confesión..
“Apuntan el dedo contra mi tío pero ¿por qué no van contra estos tres o cuatro cardenales pederastas?”, lamentó, para después acusar al Vaticano de dinamitar una comisión de investigación en el Parlamento italiano.
“Creo que el Vaticano está intentando no asumir su responsabilidad y endosársela a otras personas. No quieren la comisión porque saldría de todo”, dijo Pietro Orlandi, para pedir después al papa que “tome cartas en el asunto”.
Ante estas informaciones, el Vaticano negó que se hubiera violado el secreto de confesión, pero sin dar detalles sobre las declaraciones del sacerdote confesor de la familia Orlandi.
El portavoz vaticano, Matteo Bruni, emitió una nota en la que explicaba que “precisamente en este espíritu, el pasado 19 de abril, los magistrados vaticanos entregaron confidencialmente a Italia, amparados por el secreto de la investigación, la documentación disponible relativa al caso, incluida la recogida en los meses anteriores durante la actividad investigadora”.
“La Santa Sede comparte el deseo de la familia de llegar a la verdad de los hechos y, para ello, espera que se exploren todas las hipótesis de la investigación”, añade la nota.
Además se especifica que respecto a las noticias de estos últimos días en las que se involucraba a un tío de Emanuela, “cabe señalar que la correspondencia en cuestión indica expresamente que no ha habido violación del secreto sacramental de la confesión”.
HISTORIA
Orlandi era una joven vaticana que desapareció en 1983 cuando acudía a sus clases de música en Roma, un caso que se ha convertido en uno de los grandes misterios de la historia italiana, mientras su familia sigue con una búsqueda incasable.
A finales del año pasado la justicia del Vaticano reabrió la investigación y entregó su documentación a la Fiscalía de Roma, que también indaga en esta incógnita.
La desaparición, recogida recientemente en el documental de Netflix “La chica del Vaticano”, fue en el pasado vinculada con innumerables teorías, desde una posible implicación con el atentado contra Juan Pablo II en 1981 en la plaza de San Pedro a manos del terrorista turco Ali Agca, como una red de pederastas o la Banda della Magliana, la mafia de Roma de los años 70 y 80.