AGENCIA
Chilpancingo.- Durante los 10 meses al frente del zoológico de Zoochilpan de Chilpancingo, el director José Rubén Nava Noriega sacrificó cuatro cabras que fueron guisadas en barbacoa para la cena de Navidad del personal, además vendió cuatro vacas watusis, una cebra, hay 10 réptiles desaparecidos y un venado muerto.
Así lo revela la investigación a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guerrero (Semaren) encabezada por Ángel Almazán Juárez, quien en conjunto con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en el zoológico Zoochilpan de Chilpancingo, encontraron una serie de irregularidades en el parque.
De acuerdo con Almazán Juárez no intercambió y más bien vendió cuatro vacas watusis en 65 mil pesos, pero el dinero no ingresó al zoológico, además una cebra fue intercambiada por ciervos rojos sin autorización; con actas apócrifas borregos de Berbería fueron vendidos; una guacamaya, un jaguarundi y 10 serpientes están desaparecidas, además un venado murió por negligencia.
El pasado 12 de enero, José Rubén Nava Noriega fue cesado como director luego de la muerte de un venado que fue entregado al zoológico tras ser atacado por varios perros en la colonia Zinna de Chilpancingo.
De acuerdo con la investigación de Semaren, Nava Noriega recibió 65 mil pesos de Juan Jiménez Ordaz en el Estado de México por la venta de los cuatro watusis a cambio de “materiales, herramientas e insumos”, que debieron ingresar a las arcas del zoológico, pero en realidad Rubén Nava compró un equipo de radio y una “máquina calentadora de leche”, que resultó ser un microondas que facturó en 48 mil pesos, mientras que los 17 mil pesos restantes nunca fueron entregados al parque.
Sobre el destino de una cebra esta fue intercambiada por Nava Noriega con papeles falsos y sin autorización de la Semarnat a una persona en San Juan del Río, Querétaro a cambio de tres ciervos rojos, los cuales llegaron a cuatro días del cese del exdirector del zoológico.
En el caso de los nueve ejemplares de borregos de Berbería, Almazán Juárez confirmó que estos ejemplares fueron vendidos en 54 mil pesos, dinero que tampoco ingresó al zoológico, y sólo reportó la compra de una impresora con un valor de 6 mil 500 pesos, el resto del dinero no ingresó a las cuentas del zoológico.
Entre otras irregularidades que hallaron están que el exdirector realizaba las muestras de laboratorio en un negocio familiar, donde elevaban los precios, y que hizo compras “fantasma” de medicamentos.
