El mole es sin duda uno de los tesoros culinarios más representativos de México. Su historia, su riqueza en sabores y su diversidad han hecho que este platillo se gane un lugar en las mesas de todo el mundo. Pero, ¿qué es lo que realmente hace especial al mole? En este artículo, exploraremos los tipos principales de mole que se preparan en México y su importancia en la gastronomía nacional.
La Versatilidad del Mole: Más Allá del Mole Poblano y el Mole Negro
Cuando pensamos en mole, es común que vengan a la mente los clásicos como el mole poblano, con su característico color oscuro y sabor agridulce, o el mole negro de Oaxaca, conocido por su complejidad. Sin embargo, la diversidad del mole es sorprendente. Existen moles menos conocidos que son igual de sabrosos y esenciales en la cultura gastronómica de distintas regiones de México.
¿Sabías que los moles se pueden clasificar en siete grandes familias? Cada una tiene su propio proceso de preparación y un perfil de sabor único. A continuación, te presentamos estos siete tipos de mole:
1. Moles de Pasta Cocida
Estos moles se elaboran inicialmente como una pasta densa que luego se diluye en un líquido, como agua o caldo, para obtener la consistencia deseada. Ejemplos emblemáticos son el mole negro de Oaxaca y el mole poblano. Su complejidad de sabores los convierte en protagonistas de platillos como el tradicional pollo en mole poblano.
2. Moles de Pasta Cruda
En contraste con los de pasta cocida, estos moles se preparan con ingredientes que no requieren cocción previa. El recado rojo y el recado negro, típicos de Yucatán, son ejemplos de esta familia. Son utilizados para platillos como la famosa cochinita pibil.
3. Clemoles
Caracterizados por freír sus ingredientes antes de cocinarlos con líquido, los clemoles se utilizan ampliamente en la cocina casera mexicana. Platillos como los bisteces en pasilla son ejemplos claros de esta categoría.
4. Moles de Olla
Estos moles se preparan directamente en un líquido hirviendo, lo que resulta en salsas ligeras ideales para caldos y sopas, como el tradicional mole de olla o los pozoles verdes y rojos.
5. Tesmole
El tesmole se distingue por su consistencia más líquida, que se logra con la adición de masa de maíz nixtamalizado. El chileatole es un ejemplo popular de este tipo de mole.
6. Adobos
Caracterizados por el uso de ingredientes ácidos como vinagre o jugos cítricos, los adobos son ideales para marinar carnes y vegetales, intensificando sus sabores antes de ser cocidos.
7. Pipianes
El pipián, conocido por su consistencia espesa y su sabor a frutos secos, es otra joya de la cocina mexicana. Elaborado con pepitas de calabaza, cacahuates o piñones, acompaña platillos como el pollo en pipián verde.
La Riqueza Regional del Mole
Cada estado de la República Mexicana tiene sus propias versiones de mole, algunas con nombres y estilos únicos que reflejan la diversidad cultural y culinaria del país. Desde los moles espesos y complejos hasta los más ligeros y sutiles, esta salsa sigue siendo un emblema de la tradición mexicana.
Conclusión: Un Viaje Gastronómico por México
Explorar los diferentes tipos de mole es sumergirse en la historia y la pasión de la cocina mexicana. Cada receta lleva consigo un legado, una tradición que une a las familias y celebra la diversidad de sabores. ¡Atrévete a probarlos y a disfrutar de la riqueza culinaria que ofrece el mole mexicano!