El ejército ruso anunció el miércoles que se retira de la sureña ciudad ucraniana de Jersón y sus alrededores, en lo que sería otro humillante revés para Moscú: es la única capital regional que las fuerzas rusas habían tomado durante los ocho meses de guerra.
Las autoridades ucranianas no confirmaron inmediatamente el desplazamiento militar ruso, pero el Presidente Volodímir Zelenski insinuó en los últimos días que los rusos estaban fingiendo una retirada de Jersón para atraer al ejército ucraniano a una batalla atrincherada. Zelenski calificó de “teatro” los intentos de convencer a los civiles para que se adentren en el territorio controlado por los rusos.
El máximo comandante militar ruso en Ucrania, el general Sergei Surovikin, informó al Ministro de Defensa, Sergei Shoigu, de la imposibilidad de entregar suministros a la ciudad de Jersón y otras zonas de la orilla occidental del río Dniéper, en la región ucraniana de Jersón, anexionada por Moscú en septiembre. Por lo tanto, Shoigu aceptó su propuesta de retirarse y establecer defensas en la orilla oriental del río.