AGENCIA
Sinaloa.- El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, reconoció este viernes 27 de septiembre que la violencia en el estado no ha sido erradicada por completo, admitiendo que “aún hay brotes” de inseguridad. Durante la inauguración de la Zona de Riego-Presa Santa María, Rocha enfatizó la necesidad de continuar con el apoyo en materia de seguridad que ha recibido de la administración federal.
“Con el ejército, la Guardia Nacional, la Marina, la Fuerza Aérea y nuestras policías, hemos estado controlando la situación violenta que tenemos. Ya está pasando, no ha pasado, no quiero ser irresponsable, todavía tenemos brotes”, declaró el mandatario. Sus palabras, aunque reflejan una voluntad por avanzar, también exponen una realidad preocupante: el estado sigue bajo la amenaza de la violencia, una sombra que ha marcado la historia reciente de Sinaloa.
Rocha Moya aprovechó la ocasión para pedirle a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que mantenga los apoyos federales en materia de seguridad, tal como lo ha hecho AMLO. Agradeció al mandatario saliente por su respaldo hasta el último minuto de su administración, pero el tono del discurso deja entrever una dependencia preocupante en las fuerzas federales para contener la situación.
Sin embargo, a pesar del respaldo militar, el gobernador admitió que hay sectores que siguen causando violencia en la entidad. Al mismo tiempo, pidió que los sinaloenses no sean estigmatizados por la presencia de estos grupos, destacando el esfuerzo y dedicación de la población en la producción agrícola. “Ese es nuestro distintivo, no es otro, el de ser hombres y mujeres de bien, los sinaloenses, que nos dedicamos a producir para la patria”, enfatizó.
Aunque Rocha busca resaltar la labor de la gente trabajadora en Sinaloa, su discurso también subraya una problemática persistente: los grupos violentos no solo siguen presentes, sino que representan una amenaza constante. Sus declaraciones, aunque francas, reflejan una contradicción entre la narrativa de control de la violencia y la realidad en las calles de Sinaloa.
