De la Redacción
El Buen Tono
CDMX.- La reciente solidaridad de varios países latinoamericanos con México, rompiendo relaciones diplomáticas con Ecuador en respuesta al allanamiento de su embajada en Quito, ha desatado un debate sobre la doble moral en las relaciones internacionales.
Si bien es alentador ver cómo los países se unen para respaldar a México en defensa de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, es difícil ignorar la falta de coherencia en la aplicación de estos principios en otros contextos.
Es el caso del conflicto entre Israel y Palestina, donde los bombardeos israelíes contra la población palestina han sido una constante durante décadas.
A pesar de la gravedad de estas acciones, ningún país, incluyendo a México, han tomado medidas drásticas, como romper relaciones diplomáticas con Israel.
Esta disparidad en las respuestas plantea interrogantes sobre la consistencia y la imparcialidad en la política exterior de los países.
¿Por qué algunos actos de violación de los derechos humanos o del derecho internacional son condenados con firmeza, mientras que otros pasan prácticamente desapercibidos?
Es legítimo cuestionar si México y otros países indignados deberían extender su postura de condena a los hechos ocurridos en Palestina.
Y es que la coherencia en la aplicación de los principios éticos y legales, es esencial para poder mantener la credibilidad y la legitimidad en el ámbito internacional.