Sao Paulo, Brasil.- La presidenta Dilma Rousseff prestó ayer juramento para un segundo mandato de
cuatro años, en los que solicitó la confianza de los brasileños para aceptar cambios en la economía que incentiven el crecimiento.
La toma de posesión se registró en momentos en que el gobierno intenta tomar nuevas medidas como recortes de gastos y aumentos de impuestos para reactivar la economía.
La ceremonia que arrancó con un tradicional desfile de investidura en Brasilia, la capital, la presidió un Rolls Royce 1952 que resguardado por 4 mil policías y bomberos.
El nuevo mandato de la primera mujer en llegar a la Presidencia brasileña elevará a 16 años el período del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder en Brasil, tras los ocho años de Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Tras el juramento de Rousseff, de 67 años, su vicepresidente, Michel Temer, asumió el mismo compromiso.
Tras las fórmulas de rigor en una ceremonia abierta con la interpretación del himno nacional, Calheiros declaró a Rousseff y a Temer investidos como presidenta y vicepresidente de Brasil, respectivamente, para el período 2015-2018.
AGENCIAS