El Día de Reyes es una de las tradiciones más esperadas por los mexicanos, en la que miles de niños reciben regalos y juguetes, mientras que los adultos disfrutan de un buen trozo de rosca, un manjar muy popular en estas fechas. Sin embargo, este año, un tema relacionado con la compra y venta de roscas de Reyes ha causado gran revuelo en redes sociales: los revendedores.
Como cada año, Costco fue el centro de atención debido a la presencia de revendedores que, al acaparar grandes cantidades de roscas, pretendían ofrecerlas a precios inflados, hasta el triple de su costo original. Este comportamiento ha generado una ola de críticas y comentarios negativos en plataformas como Facebook y Twitter, donde muchos usuarios mostraron su descontento.
Uno de los casos más destacados fue el de una mujer llamada Xasely, quien se convirtió en tendencia tras hacer un desesperado llamado a los internautas. Según su publicación, ella y su esposo habían invertido su aguinaldo en la compra de 300 roscas de Reyes, con la esperanza de revenderlas a un precio superior para poder ir de vacaciones a Tulum. Sin embargo, al 5 de enero solo había logrado vender 35 de ellas, lo que consideraba un rotundo fracaso.
“Mi familia y yo queremos ir de vacaciones a Tulum, y si vendemos las 265 roscas faltantes, podremos ir”, escribió en su publicación, donde también mencionaba que cada rosca estaba disponible por 1,200 pesos, un precio mucho mayor al que normalmente se venden en los comercios.
Lo que más sorprendió a los internautas fue la forma en que Xasely intentó justificar el elevado precio, resaltando su membresía de Costco y el esfuerzo que significaba hacer largas filas para comprar las roscas. En sus palabras, “Yo soy la que tiene credencial de Costco y tú no. Yo hago filas para comprarlas, tú no”, lo que desató aún más críticas por su actitud.
La publicación de Xasely rápidamente se convirtió en un tema viral, generando un debate sobre la ética detrás de la reventa de productos y la insensibilidad de algunos revendedores ante las dificultades económicas que enfrenta gran parte de la población. Mientras algunos se burlaron de su fallido intento de negocio, otros le sugirieron reconsiderar sus precios y reflexionar sobre la forma en que estaba tratando de ganar dinero.
Este incidente nos recuerda una vez más la importancia de la empatía y el respeto por las tradiciones de todos, evitando caer en prácticas que solo benefician a unos pocos a costa de los demás.