En un preocupante informe, especialistas de la Red del Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA) de la UNAM alertaron sobre el aumento de fallecimientos vinculados a la resistencia antimicrobiana, un fenómeno que se extiende más allá de las fronteras de México. Este fenómeno ha sido identificado como uno de los principales retos para la salud pública mundial, y en el país, seis patógenos están a la vanguardia de esta problemática.
En colaboración con más de 60 hospitales de 15 estados mexicanos, los investigadores descubrieron que estos patógenos, responsables del 73% de las muertes asociadas a la resistencia antimicrobiana, incluyen:
- Escherichia coli (E. coli)
- Staphylococcus aureus (S. aureus)
- Klebsiella pneumoniae (K. pneumoniae)
- Streptococcus pneumoniae
- Acinetobacter baumannii (A. baumannii)
- Pseudomonas aeruginosa (P. aeruginosa)
Además, la tuberculosis resistente a los medicamentos contribuyó significativamente al aumento de muertes, con un estimado de 1.3 millones de casos fatales solo en 2022 a nivel global.
Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la UNAM, destacó la naturaleza compleja de la resistencia antimicrobiana. “Entendemos que controlarla y erradicarla es imposible, es algo que ocurre normalmente, ya sea que se prescriban bien o mal los medicamentos. Lo que podemos hacer en medicina es tratar de recetarlos de manera óptima”, explicó.
Un problema creciente en infecciones urinarias
La resistencia antimicrobiana se ha visto incrementada en los últimos años, y la pandemia de COVID-19 podría haber acelerado esta tendencia debido al uso extendido de antibióticos. La resistencia a las cefalosporinas de tercera y cuarta generación, así como a las fluoroquinolonas, ha sido particularmente alta en bacterias como E. coli y K. pneumoniae, lo que dificulta el tratamiento de infecciones urinarias.
Por otro lado, aunque P. aeruginosa no muestra una resistencia tan elevada, se ha observado un aumento en las “pandrogoresistentes”, una categoría que representa un desafío mayor para los tratamientos. Sin embargo, la bacteria más preocupante sigue siendo A. baumannii, que presenta la mayor resistencia a los antibióticos disponibles.
¿Qué se puede hacer?
Ante este panorama, los especialistas hacen un llamado urgente a la prescripción responsable y optimizada de antibióticos. Con una población mundial en constante crecimiento, el uso de estos medicamentos se incrementará, pero su administración adecuada es clave para frenar la propagación de resistencias.
La lucha contra la resistencia antimicrobiana es, sin duda, un desafío global, y es fundamental que tanto los profesionales de la salud como la sociedad en general tomen conciencia de los riesgos que implica el mal uso de los antibióticos.
Conclusión
La resistencia antimicrobiana es una amenaza creciente, y los seis patógenos identificados son solo la punta del iceberg. Con cada vez más infecciones resistentes a tratamientos, la única manera de enfrentar esta crisis es con una estrategia global que promueva un uso racional de los antibióticos y una mayor inversión en investigación para nuevas alternativas terapéuticas.
