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RESES Y CARNICEROS

Superiberia

Por: Andrés Timoteo  / columnista

RESES Y CARNICEROS

Lo que se esperaba llegó el fin de semana. La Fiscalía General del estado, hoy bajo la responsabilidad de la encargada de despacho, Verónica Hernández, obtuvo de un Juez sendas órdenes de aprehensión contra el fiscal defenestrado, Jorge Winckler y otros seis colaboradores, entre ellos los fiscales especializados en personas desaparecidas y corrupción, Luis Eduardo Coronel Gamboa y Even Torres Zamudio, respectivamente.

A ellos se les atribuye el delito de secuestro contenido en la denuncia abierta por Francisco Zarate Aviña, exjefe de escoltas del exfiscal duartista, el amateco Luis Ángel Bravo Contreras. Este expediente se usó para sustentar uno de los fallidos procesos de juicio político que el Congreso Local votó en febrero pasado, pero que no tuvieron los votos suficientes para hacerlo prosperar.

 Ahora se le recicla desde el ámbito judicial -ahí se tendrá que recurrir a la interpretación jurídica porque según la Constitución a nadie se le puede juzgar dos veces por el mismo delito- y ya están los primeros candidatos del régimen yunista a la cárcel. Claro que el asunto es partidista más que legal. Van, claro, contra el fiscal incómodo que persiguió a los duartistas y la confirmación de lo anterior fue el pronunciamiento del mismo exgobernante estatal, Javier Duarte sobre las órdenes de captura.

 En su cuenta de Twitter, Duarte de Ochoa se congratuló de la persecución del exfiscal. Vaya, lo hizo incluso antes que los funcionarios estatales. ¿De qué se trata? De que Duarte está tan feliz, feliz, feliz -como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador- que no disimula. Lo siguiente será cerrar los expedientes ministeriales en su contra que hay en la Fiscalía estatal. Y más feliz estará Duarte.

 Así, desde el sábado, los exfuncionarios de la Fiscalía están en calidad de prófugos. Para localizarlos hay búsquedas con gendarmes, cateos en domicilios y nadie dude que se pida apoyo de la Interpol. Ya la senadora Gloria Sánchez y el propio gobernante en turno, Cuitláhuac García pidieron cerrar las fronteras como si el oaxaqueño se fuera a aventurar a cruzar a nado los ríos Bravo o Suchiate o atravesar caminando el desierto norte para escabullirse.

 ¿Aplica el dicho popular de que “los carniceros de ayer son las reses de hoy”? Por supuesto, sobre todo porque es un asunto partidista más que jurídico o de impartición de justicia. Así, la semana estará tachonada de noticias de huidizos y persecutores, de las reses y los carniceros políticos, Vaya, nada que no se haya esperado.

 Es, también, parte de la jugada en el ajedrez político que tiene a Veracruz y especialmente, al gobernante en turno, en el jaloneo nacional. No hay que olvidar que el panismo ha anticipado que buscarán la desaparición de poderes en la entidad y la destitución del mandatario estatal.

 Todos saben que a corto y mediano plazo los opositores del presidente López Obrador no le ganarán en las calles -por eso ha sido escasa la participación de las llamadas ‘marchas anti-AMLO’-, pero sí pueden acotar su popularidad en redes sociales y en la percepción mediática. Para ello necesitan conocer las zonas donde golpear, los puntos débiles en los que cada percusión sacuda a su ponderada “Cuarta Transformación”.

Hoy uno de esos puntos vulnerables es el gobernante en funciones de Veracruz, envuelto ya en escándalos de corrupción, con una cuestionada administración que ha hecho que la entidad esté en los primeros lugares de violencia, especialmente de secuestros y feminicidios, así como en la incidencia de enfermedades como dengue y VIH/Sida. A eso se le agrega la crisis de constitucionalidad que se abrió con la destitución irregular del Fiscal General del Estado.

MONEDA DE CAMBIO

La oposición a nivel nacional -que por cifras y posiciones lidera Acción Nacional- ha estado desperdigada en estos diez meses, pero ahora sorprendió a la opinión pública con el anuncio de que solicitarán la desaparición de poderes en Veracruz y el enjuiciamiento político del gobernante a fin de reestablecer el orden constitucional que fue trastocado por su Gobierno y los diputados morenistas en el Congreso Local.

Es cierto, hay poca probabilidad -pero no nula- de que prospere jurídicamente dicha pretensión, aunque el fin no es ese. Muchos se fueron con la finta y derramaron lágrimas de tinta invocando causales constitucionales para desestimarla. Otros más yermos dijeron que el asunto les daba risa o era una fantasía. No, el asunto es político más que jurídico -igualmente que las ordenes de aprehensión contra Winckler y sus colaboradores-.

 De los gobernadores emanados del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) el más cuestionado y que ha metido en bretes al mismo López Obrador es el veracruzano y por ahí golpearán. Será la ‘piñata’ a aporrear, lo levantarán como ejemplo al resto del País del fracaso de la “Cuarta Transformación”, de lo que pueden resultar los gobernantes emanados de ese partido. Esto con miras -por supuesto- en las elecciones intermedias del 2021 en las que se renovarán 15 gubernaturas

 Los otros mandatarios morenistas que estaban en la mira para ser el emblema de lo fallido de la “Cuarta Transformación” fueron superados en desastre por el de Veracruz.  Dos de ellos son Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, atosigada por la inseguridad y a Cuauhtémoc Blanco de Morelos. Además, Blanco no es un blanco -válgase la redundancia- tan apetitoso porque fue postulado por el desaparecido Partido Encuentro Social (PES).

Si las cosas se complican, el morenismo tiene asidero para desligarse del exfutbolista, no así de Cuitláhuac García, fruto genuino de la nidada lopezobradorista. La oposición tampoco necesitó esperar la asunción del bajacaliforniano, Jaime Bonilla, que será el primero de noviembre para golpear por la ampliación inconstitucional del periodo de gobierno, de dos a 5 años, pues en Veracruz tienen la veta abundante y madura.

 En brete constitucional de Baja California, hecho por la pasada Legislatura Local ya fue rebasado por el que hicieron en la actual legislatura veracruzana. Convertido ya en una bandera contra los suyos, a Cuitláhuac García lo traerán de arriba para abajo como tema punzante para el lopezobradorismo no importa si prosperan o no la desaparición de poderes en Veracruz y el juicio político en su contra. De acuerdo con diversas fuentes será también moneda de cambio en varios asuntos tortuosos.

Por ejemplo, ahora con el escándalo de las ejecuciones extrajudiciales cometidas por policías de Tamaulipas y el afán del gobierno federal para ir contra el gobernador panista, Francisco García Cabeza de Vaca, el mandatario veracruzano sería la pieza para detener cualquier embestida contra el tamaulipeco.

 También hay que aclarar que, si bien en la Cámara de Diputados el control lo tiene Morena con la mayoría calificada, no así en el Senado. Además, en la cámara alta hay otro factor de poder que hará interesante esta escaramuza: Ricardo Monreal, coordinador de la fracción morenista. Monreal no es del grupo político de García Jiménez y no tiene más compromiso con él que la filiación marrón.

Monreal no azuzará a los senadores morenistas a votar a favor del enjuiciamiento de Cuitláhuac García, pero si le dará juego al asunto y, obviamente, lo usará para negociar posiciones y cotos en el entramado morenista. Ya el mismo Monreal afirmó que si los panistas van contra Cuitláhuac García, los morenistas irán contra el tamaulipeco García Cabeza de Vaca. Es parte del jaloneo y la negociación. El xalapeño también será una moneda de negociación para el zacatecano.

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