Sandra g. Tehuintle
El Buen Tono
Orizaba.- Solamente en redes sociales se quedan las buenas intensiones de presuntos rescatistas, son muchos los que se suman a la petición de ayudar a los perros que ven en situación difícil, se estremecen y hacen cadenas de solicitud de apoyo, pero son muy pocos los que incluso suben hasta la montaña más alta en México para ponerlos a salvo y buscarles una familia para que los adopte, esto se puede apreciar en la crónica del rescate de Canelo en el Pico de Orizaba.
Layo Aguilar, presidente de las delegaciones del Club Alpino Mexicano, relató en un escrito que hizo público, que en días pasados se realizaron varias publicaciones en las redes sociales con imágenes de un perro que se encontraba en la zona más alta de esta montaña, mismo que lucía desnutrido, esto provocó que la gente se desbordara en mensajes pidiendo que fuera rescatado, además de que expresaron su preocupación por las condiciones climáticas de bajas temperaturas.
Relató que entre los comentarios también hubo personas que señalaron lo difícil y peligroso del descenso, además de que no se dejaba agarrar e incluso mucha gente lo etiquetó, al recordar que fue él quien resguardo en sus últimos momentos a Citla, el perro conocido como el “ángel de la montaña”, pues rescató a muchos montañistas y turistas que perdieron el sendero.
Explicó que subió por la cara sur con integrantes de la Escuela de Altas Montañas de Club Alpino Mexicano, debido a que tomaron un curso y agregó que “subiendo le pedí a el Ángel de la montaña, el legendario Citla que intercediera, para que lo encontrara y me ayudara a bajar con bien y así sucedió al llegar con mis amigos a la cumbre ¡¡sorpresa!!, ahí estaba el famoso Canelo”.
Describió: “lo acaricie y sentí que respondió al lenguaje de humano-perrito, mis amigos sacaron comida y le dimos, tenía mucha hambre, un amigo guía de Tlachichuca sacó un termo con agua y casi se la terminó (…) había como 30 personas montañistas en la cumbre y se alegraron cuando supieron que lo íbamos a bajar, pues tenía una uña cayéndosele y me comentaban que el día anterior estaba sangrando de una patita, de sus cojinetes”.
Indicó que lo bajaron en una mochila y entre ellos se lo turnaron con el fin de descansar y continuar con “el difícil descenso por las condiciones de la montaña, en partes arena cristalizada, otras nieve muy dura y abajo la nieve ya muy floja que hacía que cayera uno repetidamente.
Explicó que una integrante de un centro de rescate de animales de la ciudad de Córdoba estaba en constante comunicación con él, se ofrecieron a participar con los gastos para que fuera revisado por veterinario, de la alimentación y se comprometieron a buscarle un hogar, previa la verificación de la familia que lo solicite.