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Requieren de una secundaria

Superiberia

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La Perla.- Los niños que habitan en Rincón del Minero tienen que caminar hasta cuatro horas diarias a través de veredas y senderos enmontados para llegar a la escuela primaria en Rancho Nuevo, que es el sitio más cercano a su comunidad y en donde les hace falta una secundaria.

A las 5:30 horas en las comunidades más altas del municipio donde se registran temperaturas de tres, dos y a veces de cero grados centígrados; las mujeres se levantan para encender una vela que les proporcione algo de luz y su bracero a fin de preparar el café, huevos de gallina, frijoles y tortilla que desayunan los pequeños antes de salir para el colegio.

Después de ingerir el escaso alimento que es resultado de su pobreza, toman la mochila, morral o bolsa de plástico donde guardan sus libros y cuadernos y empiezan a caminar en grupos pequeños que se van formando por el camino rumbo al centro de estudios más cercano.

Algunos de ellos mencionaron que transitan más de dos horas de ida y otras de retorno con el único objetivo de terminar su instrucción primaria, aprender a leer, escribir, así como hacer operaciones básicas de matemáticas.

Añadieron que en ocasiones sus padres o hermanos los alcanzan a la salida para que los acompañen a vender quesos de cabra que elaboran en sus domicilios, flor de izote, hongos de jonote y otros productos del campo con los que obtienen algunos recursos económicos.

En Rincón del Minero se carece de electricidad, por eso compran velas para seguir con sus labores durante las noches.

Algunos de los menores sueñan con cursar la secundaria, pero está mucho más lejos que la primaria, a unas  cinco horas, por ello a veces resulta imposible seguir.

En esta zona no hay programas como la Cruzada contra el Hambre o apoyos de Prospera, al contrario siguen en el olvido, consumen agua del Pico de Orizaba, crían truchas en un estanque improvisado y hacen quesos de cabra para sobrevivir en su alejada comunidad.

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