En medio del conflicto entre Israel y Hamás, una noticia sombría surge a la luz. Reporteros Sin Fronteras (RSF) informa que hasta la fecha, 34 valientes reporteros han perdido la vida en la línea del deber, lo que ha llevado a la solicitud de RSF para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue estos asesinatos. La organización denuncia que ambos bandos podrían haber cometido crímenes de guerra.
El llamado de RSF es urgente y apremiante, ya que la situación ha alcanzado una escala, gravedad y repetición que exigen una acción prioritaria. Christophe Deloire, director de RSF, subraya la importancia de esta investigación, especialmente en Gaza, donde los periodistas se encuentran en una posición de riesgo constante. RSF, con sede en Francia, ya había presentado una denuncia anterior sobre la muerte de ocho periodistas palestinos en bombardeos israelíes en zonas civiles de la Franja de Gaza, así como el asesinato de un reportero israelí durante un ataque sorpresa de Hamás en el sur de Israel.
Esta no es la primera vez que RSF ha presentado una denuncia de este tipo, habiéndolo hecho en 2018 en relación con supuestos crímenes de guerra contra periodistas palestinos en Gaza. Israel, por su parte, asegura que hace todo lo posible para evitar daños colaterales en conflictos y responsabiliza a Hamás de poner en peligro a la población al operar en áreas residenciales.
La denuncia reciente también destaca la “destrucción deliberada, total o parcial, de las oficinas de más de 50 medios en Gaza” desde el inicio del conflicto, marcado por el ataque del grupo miliciano el 7 de octubre.
Otra organización de defensa de la libertad de prensa, el Comité para Proteger a los Periodistas, también está investigando los informes de periodistas “asesinados, heridos, detenidos o desaparecidos” en la guerra, lo que incluye casos en Líbano. Su cifra preliminar de muertes es de al menos 31 periodistas y trabajadores de medios, resaltando la importancia de proteger a quienes informan desde zonas de conflicto.