Ha avanzado mucho el proceso de renovación de la magistratura de las salas regionales. La Suprema Corte integró 15 ternas de candidatos para cubrir igual número de vacantes en las cinco salas. En éstas, es posible encontrar -entre otros- a personal jurisdiccional del propio Tribunal, juzgadores y funcionarios de otros órganos del Poder Judicial, así como miembros de órganos electorales locales. Se cuenta con un variado conjunto de perfiles, trayectorias y aptitudes.
El turno está ahora en el Senado, que deberá elegir -por mayoría calificada- a un magistrado de cada terna, o bien solicitar a la Corte la presentación de una nueva. Al tiempo que entren en funciones los juzgadores que resulten designados concluirá el periodo de la segunda generación de magistrados de salas regionales. Ésta pasará a la historia por el compromiso que sus integrantes mostraron con el avance de la justicia electoral.
La actual magistratura de las salas regionales tomó protesta en marzo de 2005. Quienes arribaron al cargo difícilmente hubieran podido imaginar la enorme responsabilidad histórica que caería sobre sus hombros. La legislación electoral de ese momento reconocía a las salas regionales la atribución de conocer asuntos de la elección federal. En 2006, las y los magistrados de la segunda generación resolvieron 810 asuntos.
Al poco tiempo, las reformas electorales de 2007 y 2008 trastocaron por entero la distribución de competencias en el interior del Tribunal Electoral. Las salas regionales resolverían ahora también asuntos locales relacionados con las elecciones de ayuntamientos y diputados locales, juicios ciudadanos derivados de actos de órganos locales de los partidos políticos y, en suma, una nueva gama de atribuciones que harían más eficiente el trabajo institucional.
Las y los magistrados estuvieron a la altura de ese desafío. Apenas tres años después, la cantidad de asuntos resueltos anualmente se multiplicó por 15 (12 mil 852 casos en 2009). Ello implicó una gran capacidad de trabajo y un nuevo modelo de sala regional permanente. La actual arquitectura organizacional es resultado del trabajo conjunto entre las y los magistrados y funcionarios de las salas superior y regionales. Juntos decidimos el nuevo tamaño y estructura de las ponencias, las áreas de apoyo que darían soporte a sus labores y el grado de desconcentración de funciones administrativas.
Por vez primera, para las vacantes jurisdiccionales y las áreas administrativas se diseñaron rigurosos procesos de selección que garantizaron que la selección de funcionarios se lograra a partir de un universo de candidatos de probadas aptitudes. Además, se innovó una visitaduría judicial que permite a la Comisión de Administración verificar que el desempeño de las salas sea acorde con los principios que rigen la materia electoral.
Bajo el liderazgo de su magistratura fueron fortalecidas las capacidades jurisdiccionales y administrativas de las salas regionales. El éxito de esa transformación se puede advertir en el rigor jurídico de la mayoría de las resoluciones. En el proceso electoral federal pasado, en 5% de los recursos de reconsideración recibidos contra las salas regionales se encontró que los actores tenían la razón total o parcialmente. Debe destacarse, asimismo, que fue una sala regional la primera en certificar (ISO-9001:2008) la calidad de sus procesos de recepción y turno de expedientes, o bien la importante presencia que las salas han adquirido en la discusión académica de sus estados.
Las seis magistradas y nueve magistrados que se van dejan cinco salas regionales funcionando en condiciones óptimas, listas para resolver los retos que les impongan las demandas que reciban en el futuro. Cumplieron su labor más allá de las expectativas, con lo que probaron el acierto de haber reconocido la permanencia de las salas.
Sea esto un buen punto de partida para los magistrados que lleguen.
alanisfigueroam@te.gob.mx
Magistrada del TEPJF