México, DF. Los integrantes de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (Amiredis) regresaron a Honduras, luego de que no consiguieran encontrarse con el presidente Enrique Peña Nieto, como habían solicitado, ni tuvieran garantías de ningún tipo de ayuda por parte del gobierno mexicano.
A pesar de que las autoridades nacionales se habían comprometido a ayudarlos con prótesis para sus miembros mutilados o apoyo para quienes decidieran quedarse a vivir en el país, a final de cuentas ninguna de esas promesas se concretó, lamentaron los activistas hondureños.
José Luis Hernández y Norman Varela, presidente y vocero de la Amiredis, respectivamente, explicaron en rueda de prensa que la ayuda para establecerse en México –manifestada en un inicio por la subsecretaria de migración de la Secretaría de Gobernación (SG), Paloma Guillén– estuvo condicionada después a que los migrantes pudieran demostrar que eran capaces de sostenerse económicamente a ellos y a sus familias, y las prótesis podían dárselas sólo si regresaban al país.
Además, los migrantes denunciaron que el mismo funcionario de la SG que les había prometido gestionar ayuda para ellos –cuyo nombre prefirieron reservarse– les dijo que “no tenían derecho de hablar” con los medios de comunicación y se ofreció a enviarles un autobús para que salieran del país cuanto antes.
agencia