Un mes después del trágico asesinato de Alejandro Faudoa Quirino, un joven coahuilense a manos de un oficial de la Policía Estatal de Caminos en Oklahoma, Estados Unidos, su cuerpo finalmente regresó a su hogar en Torreón. Familiares y amigos le dieron el último adiós, pero su madre, la señora Livier Quirino, continúa luchando por justicia en tierras estadounidenses.
El fatídico incidente ocurrió la mañana del 20 de septiembre, cuando un oficial estadounidense detuvo a Alejandro, de 28 años, quien conducía un tráiler desde El Paso, Texas. Tras comunicarse con su novia sobre la detención, el oficial dejó que Alejandro continuara, pero luego, en un trágico error, confundió el teléfono del joven con un arma y disparó ocho veces. La señora Livier califica este acto como una “brutalidad”.
La madre, quien ha estado en Estados Unidos durante siete días después de obtener una visa humanitaria, lucha por encontrar justicia. Aunque no ha recibido información oficial de la Policía, las investigaciones sugieren que todo fue una confusión. La señora Livier denuncia el racismo y abuso policial en Oklahoma y teme que el caso de su hijo sea minimizado.
Alejandro ha sido recordado como un joven inteligente y talentoso, siempre destacando en actividades deportivas y académicas. Había comprometido con su novia solo un mes antes del trágico incidente. Su madre lucha por honrar su memoria y obtener justicia mientras busca respuestas en un caso lleno de dolor y preguntas sin respuesta.
