El Castillo de Chichén Itzá registró la madrugada de este domingo un fenómeno arqueoastronómico de belleza indescriptible: la bajada de la Serpiente Lunar, descubierta el 5 de abril de 1993 por el arqueólogo mexicano Víctor Segovia Pinto y el matemático Eddie Salazar Gamboa.
La magia que se percibía en el lugar, gracias al intenso color plata que bañaba la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el estado de Yucatán, aumentó con la llegada del sacerdote maya Tiburcio Can May, quien a las 02:30 horas inició un ritual para pedir permiso a Uh (la Luna), los aluxes (duendes) y otras deidades de esa cultura milenaria.