Agencias
México.- El cierre de cada año se convierte en un momento especial para los migrantes que regresan de Estados Unidos a México, marcando encuentros llenos de alegría y celebraciones significativas que fortalecen sus lazos familiares. Más allá de las llamadas y mensajes a través de redes sociales, estos migrantes valoran la oportunidad de disfrutar del contacto físico y la convivencia con sus seres queridos.
Las festividades abarcan una variedad de eventos, desde fiestas de XV años, bodas, bautizos, y primeras comuniones hasta cenas de fin de año. Incluso, algunos migrantes regresan después de períodos extensos de 5, 10 o incluso 20 años, encontrándose con familias y entornos que han cambiado con el paso del tiempo. Alfonso Corona, migrante ixmiquilpense proveniente de Florida, EEUU, destaca que el tiempo no perdona, y a veces regresan sin conocer a sus propios hijos, sobrinos o nietos.
Durante estas celebraciones, se preparan platillos tradicionales como barbacoa, ximbo, y mole, evocando los sabores característicos del Valle del Mezquital que extrañan los migrantes. Además, no faltan las bebidas tradicionales como el pulque y los curados. El regreso a casa puede realizarse en distintos medios de transporte, ya sea por carretera, avión o autobús. Alfonso Martín, migrante indígena, comparte que este retorno es un recordatorio afectuoso de la tierra que dejaron atrás en busca de mejorar la calidad de vida de sus familias.