
AGENCIA
Nacional.- México, reconocido por sus largas jornadas laborales, enfrenta un cambio significativo en la discusión sobre el equilibrio entre trabajo y vida personal. La reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales ha cobrado relevancia en los últimos meses, con varias iniciativas presentadas en la Cámara de Diputados desde octubre de 2024, todas con el mismo objetivo: Modificar el artículo 123 constitucional para ofrecer más tiempo libre a los trabajadores sin afectar sus salarios.
Cinco propuestas han sido presentadas, con enfoques diversos sobre cómo implementar esta reducción. La primera, presentada por Movimiento Ciudadano (MC), propone una transición gradual en tres fases. En su plan, las grandes empresas tendrían seis meses para adaptarse, las medianas un año y medio, las pequeñas dos años, y las microempresas tres años y medio. Además, incluye subsidios para las micro y pequeñas empresas para ayudarles sin afectar el empleo ni los salarios.
Por su parte, el partido en el poder, Morena, aboga por un ajuste escalonado, argumentando que no todas las empresas tienen los mismos recursos para implementar un cambio tan grande. En cambio, el Partido del Trabajo (PT) presentó una iniciativa que exige la reducción inmediata de la jornada laboral a 40 horas, sin plazos de adaptación, basándose en que el derecho al descanso no debe estar condicionado por las necesidades empresariales.
El Partido Verde también se unió al debate con una propuesta que aplica solo al sector privado. Su plan establece una transición más corta: un año para la implementación de la reducción y seis meses adicionales para ajustar las leyes secundarias, argumentando que trabajar menos horas puede aumentar la productividad, tal como lo ejemplifica Alemania, un país con menos horas trabajadas y alta productividad.
En febrero de 2025, MC presentó una segunda iniciativa que busca incluir a los trabajadores del sector público, proponiendo un esquema de dos años. Durante el primero, los empleados trabajarían media jornada en su sexto día, y en el segundo, la jornada de 40 horas se consolidaría con dos días completos de descanso.
Aunque cada partido tiene su enfoque sobre la transición y los plazos, todas las propuestas coinciden en que la jornada laboral debe ser de 40 horas y que no debe haber reducción salarial. El debate sobre cómo implementar esta reforma sigue abierto, y su aprobación dependerá de las negociaciones políticas en el Congreso.
