Colombia va a las urnas el domingo, y, en la recta final de esta primera ronda llegan los electores divididos entre los afines al presidente Juan Manuel Santos, que busca reelegirse, y los que prefieren al candidato del expresidente Álvaro Uribe, Óscar Iván Zuluaga.
Hay otros tres candidatos en las boletas electorales, pero para efectos prácticos, los colombianos decidirán entre el continuismo de Santos, quien fuera ministro de defensa con Uribe, o el regreso del uribismo, que para muchos ha sido el Presidente que logró darle la vuelta al problema de la inseguridad en Colombia.
A partir de Uribe y un grupo cercano de políticos, entre los que estuvieron el propio Santos y Luis Alberto Moreno, actual cabeza del Banco Interamericano de Desarrollo, Colombia dejó de ser el patito feo de América Latina.
Hoy es un país estable, con instituciones mucho más sólidas y con una economía que ha logrado reconocimiento y grado de inversión de las principales calificadoras internacionales. Algo que en los años de constantes secuestros y asesinatos de alto impacto nunca habría sucedido.
El tema hoy es una rivalidad entre el actual presidente Santos, y de alguna forma pupilo de Uribe, y el propio Uribe. Santos es un traidor para Uribe y sus cercanos. Un traidor porque no ha sabido resguardar el legado de Uribe. Así lo demuestra una de sus primeras acciones como Presidente, cuando restableció las relaciones con Venezuela a pesar de que ese país se ha dedicado a financiar a las FARC.
Uribe es un expresidente que no ha sabido entender que sus años al frente de Colombia ya concluyeron y que el turno para tomar las decisiones es de Santos. Así lo ven el actual Presidente y sus cercanos.
Y sólo eso explica que Uribe, en lugar de apoyar a Santos, lo ha atacado constantemente durante su Presidencia. No hace falta hacer más que ver la cuenta de Twitter del expresidente. Pero, sobre todo, ver que Uribe conformó un nuevo partido político para postular a un candidato que le hiciese frente a Santos.
Ese es Iván Zuluaga. El exministro de Hacienda que hoy está empatado en las encuestas con Santos para la primera vuelta, y que aparece con fuertes posibilidades de arrebatarle las llaves de Casa de Nariño a Santos en la segunda vuelta.
La bandera más importante de Santos es la negociación de paz con las FARC. Y, obvio, la de Zuluaga es la oposición a ese proceso de paz porque piensa que va a traer impunidad para los guerrilleros.
Una oposición que ahora se ha vuelto escándalo por un video en el que aparece Zuluaga con un delincuente cibernético, un hacker, detenido hace unos días al ser acusado de espiar el proceso de paz. Este espía trabajaba en la campaña de Zuluaga, quien dijo desconocer esas actividades de hackeo y espionaje de su excolaborador. Ahora, con el nuevo video, todo apunta a que estaba enterado y apoyaba esas acciones.
Uribe y Zuluaga hablan de un montaje. Santos quiere capitalizar estas mentiras para reelegirse. Y los colombianos se encuentran divididos entre estos dos políticos que han hecho tanto por mejorar la situación de seguridad, economía y estabilidad para Colombia, pero que hoy los obligan a decidirse entre el ex y el actual.
Así llegan a la recta final de la primera vuelta electoral los colombianos.
@AnaPOrdorica
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