MÉXICO.- Sus rostros muestran rasgos infantiles, cantan narcorridos, ven en líderes de cárteles su ejemplo a seguir, para ellos no existen los videojuegos bélicos, prefieren tirar del gatillo de un fusible de asalto AK-47 y… ¡matar! Son niños sicarios.
Una presa fácil para el Cártel del Golfo, quien aprovechando la vulnerabilidad de estos menores de edad, los reclutan, alistan y los convierten en sus nuevos sicarios, según reveló el diario Mirror.
No es nuevo el tema, un caso muy sonado fue el de Édgar Jiménez Lugo, El Ponchis, quien nació en San Diego, Estados Unidos, y a los 5 años fue abandonado por sus padres, quedando al cuidado de su abuela, quien falleció cuando él tenía 11 años.
Fue reclutado por Jesús El Negro Radilla y pronto se convirtió en el sicario más sanguinario del Cártel del Pacífico Sur, sin miramiento mutilaba a sus víctimas. A los 14 años fue sentenciado por el asesinato de cuatro jóvenes a los que colgó de un puente.
Para Mirror el publicar este tipo de imágenes en la red se ha convertido en una tendencia en las tácticas del Cartel del Golfo para intimidar a otros grupos criminales enemigos como el Cártel de El Chapo.
“Somos sicarios y no nos da miedo mostrar nuestra cara, para que vean puro Cártel del Golfo”, con este mensaje fueron acompañadas varias de las imágenes del grupo delictivo que en México hay unos 5 mil jóvenes presos por la comisión de delitos graves, de los cuales el 22 por ciento por homicidio, dio a conocer la agencia EFE.
“La mayoría de los chicos que se enrolan en el crimen organizado viven un infierno. Están en shock, y en su vida imaginaron tener que ejecutar, o descuartizar, a una persona”, señaló a la agencia El Maru, quien se desempeña como facilitador de procesos educativos en la organización social Cauce Ciudadano.
Son víctimas del abandono de la protección del Estado, de su familia y de su comunidad, aunque al mismo tiempo victimarios, pues lo primero no les exime de responsabilidad penal”, precisó el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez.