AGENCIA
Puebla.- En un desgarrador retorno a sus lugares de origen, los cuerpos de los tres peregrinos poblanos que perdieron la vida tras ser atropellados por una camioneta en la autopista México-Puebla, fueron recibidos entre lágrimas, gritos desgarradores y rezos, marcando el final de su peregrinación a la Virgen de Guadalupe.
Los cuerpos de Abraham, de 14 años; Gabriel, de 31 años; y Ángel, de 22 años, fueron trasladados en una caravana desde el Servicio Médico Forense (Semefo) de la Ciudad de México hasta los municipios de Felipe Ángeles y Acatzingo, sus lugares de origen.
La caravana llegó primero a la comunidad de Portezuelos, en el municipio de Felipe Ángeles, donde esperaban al primer cuerpo, el de Gabriel. Un mariachi entonó “Tú Eres Mi Hermano del Alma” mientras la comunidad recibía a su vecino. El dolor y la desolación se manifestaron en los gritos y llanto de la familia al abrir el ataúd.
El cortejo fúnebre, acompañado por motociclistas, se dirigió hacia la casa de Gabriel, mientras los pobladores, con veladores y flores, caminaban varios kilómetros para acompañar al peregrino en su último trayecto.
Las carrozas de Abraham y Ángel avanzaron hacia la comunidad de San Sebastián Villanueva, en el municipio de Acatzingo. Ambos fueron velados en la misma casa, colocados uno al lado del otro en un ambiente lleno de veladoras y flores.
Amigos y familiares recordaron a Abraham como un niño amable y carismático. En medio de rezos y la música del mariachi, los pobladores se despidieron de los jóvenes.
El músico Ricardo, quien acompañó el sepelio con su trompeta, compartió el dolor que invade no solo a la familia sino a toda la comunidad, transformando los festejos por la Virgen de Guadalupe en tristeza y amargura.
Durante la noche y la madrugada, los cuerpos fueron velados, y en las próximas horas serán acompañados por familiares y amigos en su última morada. La tragedia ha dejado a las comunidades sumidas en el luto, buscando justicia y hallando consuelo en la memoria de los peregrinos que partieron.
