En manos del presbítero Alejandro Adán Díaz, un grupo de pequeños de esta ciudad recibió por vez primera el Cuerpo y Sangre de Cristo, en la parroquia de San José Obrero.
El día de la Primera Comunión, es un día muy especial y enormemente deseado, pues se recibe en el corazón por vez primera a Dios. Y esto, sencillamente, es suficiente para semejante alegría.
Emotivo y muy significativo fue ese momento para los chiquitines, ya que después de una ardua preparación en el catecismo se convirtieron en amigos de Cristo, mediante el sacramento de la Comunión.
Un día sumamente especial para todos los comulgantes, quienes desde muy temprano se dieron cita en el recinto religioso, donde estuvieron acompañados por su padres y respectivos padrinos, siendo partícipes de ese significativo momento en la vida de todos los pequeños que por primera vez recibieron a Dios en su corazón.
Felicitaciones y los mejores deseos no faltaron para el grupo de pequeños quienes al término de la ceremonia se trasladaron hasta diferentes escenarios de la ciudad, donde al lado de sus seres queridos compartieron ese día lleno de júbilo y emotividad.
¡Enhorabuena!
