Una cosa es la gimnasia y otra la magnesia. Hay veces que por cuidar las formas pasamos a no decir las cosas por su nombre. Y a partir de ahí comienzan las ambigüedades, los sinsentidos y las tibiezas y ello no es parte de la solución.
Aperitivo: la “conmemoración” del halconazo
Por supuesto que es válido expresarse. Es un derecho asociado inexorablemente al ser humano. Es una libertad reconocida en todo el planeta sólo por el hecho de haber nacido vivo y viable.
Cuando se dice que se está adoctrinado o imbuido en ideología, sólo se refiere a un sistema de creencias e ideas que se interconectan. Por supuesto que eso no es delito. Y hay veces que se radicalizan quienes se estructuran demasiado alrededor de una ideología, pero eso no constituye condena alguna, más allá de los apegos que en extremos dan origen a la tóxica intolerancia.
Digo tóxica porque va en contra del diálogo, de la comprensión y la diversidad, valores que nos permiten convivir en un mundo plural.
Los académicos, la autoridad y los comentaristas políticamente correctos llaman “radicales” a los jóvenes que agredieron de manera despiadada a policías en la marcha de conmemoración de la matanza de Corpus Cristi el 10 de junio de 1971, el halconazo.
No obstante, bajo ningún concepto en la esfera de derechos y libertades de expresión de las personas existe justificación para romper o dañar propiedad ajena o agredir a nadie. Menos aún robar. Ejecutar estas conductas cae en el ámbito vandálico y, todavía más, delincuencial. Punto.
En atención a lo anterior se detuvo a los jóvenes que se tomaron la libertad de agredir arteramente a la policía que cuidaba la marcha, a los funcionarios públicos y a la gente que estaba en la plancha. Incluso el director de Gestión Social del GDF, Pedro Bello, fue vejado, insultado, golpeado, sacudido e incluso… ¡Asaltado!
¿Que clase de manifestación es esa?
He oído a quien pega de gritos cuando detienen a estos vándalos. Vi con decepción cómo presuntos amigos y familiares irrumpieron en edificios públicos de manera violenta para exigir su liberación, apelando a la “libertad de expresión” . ¿Qué clase de ley y autoridad permiten eso?
A pesar de las agresiones, de los asaltos, de la violencia ejercida, ya dejen ustedes contra la autoridad: contra otros ciudadanos, muchos salieron libres.
Y salieron libres casi todos porque la Asamblea Legislativa del DF considera que no son delitos graves. Me parece profundamente equivocado que quien arremete de esa manera contra otros ciudadanos, y más cuando es la autoridad, no sea considerado grave.
Otros siete fueron al reclusorio y se decía, hasta el cierre de esta edición, que quedarían libres.
Vamos, a mí me parece muy grave. Por un pelo de rana le arrancan la cabeza al funcionario capitalino que encabeza la dirección de Gestión Social. Sólo le dislocaron el cuello. Menos mal.
¿Radicales o rufianes?
Piatto forte: ¿alguna explicación ?
Una vez asentada la generalidad, vamos al análisis. No al sesudo cruce de información exhaustiva, sino al plano y simple sentido común.
Si estos chavos se manifestaron para recordar un año más del fatídico Jueves de Corpus de 1971, ¿por qué arremeten contra los policías y el GDF? Que yo sepa, la causa no contiene agravio del actual gobierno capitalino ni de sus funcionarios.
Incluso la matanza de jóvenes aquel 10 de junio de 1971 fue una represión realizada por un comando de élite llamado Halcones a un grupo de chavos que, entre otras cosas, exigían la democratización del país.
Entre otros sucesos, estos fueron los que sembraron la semilla para que la democracia tocara nuestra puerta y son estas circunstancias las que empujaron la creación de grupos como el PRD. Sí, el mismo que ¡gobierna la ciudad! Los funcionarios a quienes agredieron, asaltaron y vapulearon son hijos de aquella lucha.
Así que incluso desde el punto de vista histórico, este grupo de violentos actúan en contra de lo que pregonan defender.
Ahora bien, ¿les importará la causa?, o, ¿será sólo un espejismo para los ingenuos columnistas?
La realidad es que les importa un bledo. Me llamó poderosamente la atención que uno de los familiares que se manifestaron en contra de la detención de estos pelafustanes arremetió frente a las cámaras de las televisoras contra ¡el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera! Sí, el gobierno más representativo de la izquierda en el país. ¿Qué pitos tiene que ver Mancera con el halconazo de 1971?
Más bien tiene el aspecto de grupos del propio PRD en pugna.
¿Quién, entonces, está detrás?, ¿quién es la mano que no sólo mece la cuna, sino también paga las fianzas, las marchas y a los abogados que los atienden?
¿Radicales o rufianes? No es lo mismo.
Dolce: EU y los espías
Lo que se ha radicalizado son las medidas de seguridad en EU y menudo lío se armó en torno a Barack Obama por la revelación de que las agencias de inteligencia penetran los servidores de los gigantes tecnológicos como Google, Yahoo!, Facebook o Twitter.
Incluso hasta la Unión Europea , a través de su Comisión, ya exigió aclaraciones satisfactorias so pena de afectar gravemente las relaciones entre Washington y Bruselas, en plena negociación del TLC entre las dos potencias comerciales.
El café, democráticamente, es para todos.