Ixhuatlancillo.- El Movimiento Sin Maíz, no hay País, busca preservar entre los pueblos originarios el cultivo del grano, que es histórica y culturalmente de México.
Los transgénicos vulneran la seguridad alimentaria de la población, acusaron los activistas.
“El maíz es un invento nuestro, es una planta humana, cultural en el sentido más profundo del término, porque no existe sin la intervención inteligente y oportuna de la mano; resulta incapaz de reproducirse por sí misma”, indicó , el promotor de la organización, Alfonso Lomelí.
Más que domesticada, la planta fue creada por el trabajo humano. Al cultivarlo, el hombre también se cultivó. Las grandes civilizaciones del pasado y la vida misma de millones de mexicanos de hoy, tienen como raíz y fundamento al generoso grano, abundó.
Ha sido un eje fundamental para la creatividad cultural de cientos de generaciones; exigió el desarrollo y el perfeccionamiento continuo de innumerables técnicas para cultivarlo; condujo al surgimiento de una cosmogonía y de creencias y prácticas religiosas que hacen del maíz una planta sagrada, añadió.
Subrayó que permitió la elaboración de un arte culinario de sorprendente riqueza; marcó el sentido del tiempo y ordenó el espacio en función de sus propios ritmos y requerimientos.
