Pemex genera una cantidad de recursos brutales. Y de ganancias. No es que esté en quiebra, es que, cada año, la quiebran. Revisé decenas de documentos oficiales de la empresa, del Banco de México, de la Secretaría de Hacienda, de la Bolsa de Valores, y de notas periodísticas, y eso es lo que me queda claro…
En 2012, Pemex reportaba ingresos por un billón 646 mil 912 millones 41 mil pesos, 5.7% más que en 2011. La petrolera calificó eso como un “máximo histórico”. El informe que presentó al mercado de valores detalló una utilidad de cuatro mil 977 millones de pesos. A escala mundial Pemex, quinto productor de crudo en el mundo, se ubica, por sus ingresos, en el sitio 34 de las mayores empresas, de acuerdo con la revista Fortune. Sus ingresos son equiparables a la suma de los de las cinco principales compañías privadas del país: América Móvil, Walmart, Femsa, Cemex y Alfa.
Su rendimiento antes de impuestos, intereses, depreciación y amortización (eso que los expertos llaman Ebitda, que es lo mismo nomás que en inglés: Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization), fue de alrededor de 90 mil millones de dólares.
El problema es que al Estado mexicano se le ocurrió que Pemex financiara entre tres y cuatro de cada diez pesos del erario mexicano, en vez de ponerse a ampliar la base gravable, de recaudar impuestos de todas las empresas elusivas y de todos los mexicanos que evaden al fisco. De esos ingresos que tuvo Pemex citados en líneas previas (un billón 646 mil 912 millones 41 mil pesos) le quitaron un billón 67 mil 767 millones de esos recursos, lo que es equivalente a… 64.8% por ciento del total. ¿Qué empresa puede estar sana si le quitan 64 centavos de cada peso que gana o 6.4 pesos de cada diez que gana? Pemex había tenido un balance antes de impuestos, derechos y aprovechamientos de un billón 72 mil 258 millones. Luego de que fue trasquilada por la Secretaría de Hacienda con ese billón 67 mil 767 millones, apenas tuvo un balance positivo de 4 mil 482 millones de pesos (4 mil 977 reportó en la Bolsa). Ah, pero por si no fuera un exceso su ordeña, según leo, le exigieron que esa utilidad la aportara para afrontar cierto “gasto no programable” por… 38 mil 465 millones. Así las cosas, terminó 2012 con un balance final negativo (pérdida, pues) de 33 mil 883 millones de pesos.
Los expertos en números precisarán y desmenuzarán todo esto, pero queda claro que ninguna empresa puede operar así. Y que por eso se afirma desde hace años que Pemex está en quiebra y que necesita capital privado. A mí no me asusta que empresarios nacionales y extranjeros puedan participar en ciertos sectores de la producción de Pemex si se les paga por eso y no se les entrega parte de la renta petrolera, pero que no salgan con el cuento de que Pemex no tiene dinero para invertir.
