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Queda ‘en el aire’ la casa de Gumercindo

Superiberia

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Córdoba.- Eran aproximadamente las 02:00 horas de este domingo, cuando la familia de Gumercindo Hernández Orduña, empezó a sobresaltarse porque su casa se cimbraba, al ser socavada por la creciente del río Seco, pegado al puente del camino a San Matías.

Desde hace 10 años, esta es la primera vez que los sorprende este evento de la naturaleza. Del lado del puente con tubulares puede verse la casa parcialmente suspendida en el aire, con los cimientos y las raíces de un árbol, que la corriente del agua dejó al descubierto.

El empleado del Rastro municipal dormía, al igual que su esposa y sus dos niñas, de 7 y 10 años, cuando “empezamos a escuchar que se cayó una casa y una cabaña, esta es la primera vez que nos pasa esto, en los 10 años que llevamos viviendo aquí y ahora nos vamos a tener que salir de aquí”, cuenta mientras espera instrucciones del personal de Protección Civil (PC), para el desalojo de sus pertenencias.

Tras varias horas de permanecer ya sin poder entrar a su vivienda, ante el ir y venir de vecinos que se apresuraban a sacar las pertenencias de sus casas amenazadas por el desbordamiento del río, ante el pronóstico de nuevas lluvias, el personal de Protección Civil inició el desalojo en la casa de Gumercindo; el auxiliar operativo Jesús Ávalos Ibarra, con equipo de seguridad fue amarrado con una cuerda del arnés que tenía en la espalda y entró por una ventana para sacar las cosas.

“El problema empezó desde la noche del sábado, cuando empezó a creer el río, ya en la madrugada se empezó a llevar las casas”, contaron la esposa e hijas del empleado.

A unos metros de la casa de Gumercindo, junto al río, se encontraba la casa de un taxista, que ahí vivía sólo, pero que un día antes decidió salirse, cuenta Germán Hernández Lezama, de 29 años, señalando una cinta plástica, preventiva, color rojo, con la leyenda peligro. “Ahí estaba una casa, donde está el izote, era casa de material con losa y todo se lo llevó el río”.

Germán, construyó su casa de material hace aproximadamente un año, y ahora se tiene que salir, porque de no ser por el recodo del río, la corriente del agua apunta directo a su casa.

Otros vecinos que ayer permanecían retirando sus pertenencias fueron Dulce María Lezama González, de 45 años, así como Jaime López Cervantes, de 37 años, junto con su esposa de 33 años y su hija de 10. Para algunos de los afectados, el personal de PC les entregó despensas, así como paquetes de productos de limpieza y de aseo personal.

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