Los BRICS, un bloque de países emergentes que comenzó su andadura en 2009 con Brasil, China, India y Rusia, y que recibió a Sudáfrica en 2010, ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años. En 2023, la cumbre del bloque marcó un hito significativo al aceptar la incorporación de nuevos miembros como Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos, ampliando así su influencia en el escenario global. Aunque Argentina estaba en la lista de nuevos integrantes, su ingreso no se formalizó debido al cambio de gobierno tras la elección de Javier Milei. Además, Turquía ha expresado su interés en unirse, lo que sugiere un creciente atractivo del bloque.
Durante la cumbre de 2023, el presidente ruso Vladimir Putin pronosticó que los BRICS serán responsables de una parte sustancial del crecimiento económico mundial en los próximos años, posicionándose como un contrapeso poderoso frente a las naciones occidentales. La visión de Putin para el bloque incluye una colaboración enfocada en revisar el sistema financiero global y reducir la dependencia del dólar estadounidense.
El impacto de los BRICS en el orden mundial no debe subestimarse. Para Rusia, este grupo representa una alternativa a organizaciones dominadas por Occidente, como el G7. Xi Jinping, el presidente de China, también respalda esta postura, sugiriendo que el bloque podría desafiar el statu quo global. La cumbre de 2024, que se celebrará en la ciudad rusa de Kazán, ha reunido a más de 20 líderes internacionales y al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, consolidando su papel en la diplomacia global.
El Kremlin ha descrito este evento como “el más importante organizado por Rusia”, y un claro mensaje de que “hay una alternativa a las presiones occidentales”. Según Konstantin Kalachev, analista político, la reunión busca demostrar que un mundo multipolar ya es una realidad. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, enfatizó que Rusia busca relaciones basadas en el derecho internacional, distanciándose de las reglas impuestas por naciones como Estados Unidos.
Sin embargo, Occidente ha expresado su preocupación de que Rusia pretenda ejercer una influencia hegemónica sobre sus vecinos, promoviendo una dinámica de “ley del más fuerte” a nivel internacional.
En términos de conflictos globales, los BRICS han adoptado una postura de mediación, haciendo llamados a la paz en regiones conflictivas como Ucrania y Medio Oriente. Putin ha mostrado disposición a apoyar iniciativas de mediación para poner fin a la guerra en Ucrania, lo que podría interpretarse como un intento de posicionar al bloque como un actor relevante en la resolución de conflictos internacionales.
A medida que los BRICS continúan creciendo y evolucionando, el bloque emerge como una fuerza significativa que busca redefinir el equilibrio de poder global, planteando un desafío directo a la hegemonía occidental y ofreciendo una plataforma para el diálogo y la cooperación entre naciones en desarrollo. Su impacto en la economía mundial y la política internacional seguirá siendo un tema de debate crucial en los años venideros.