Tras el primer debate presidencial, las especulaciones sobre el futuro de Joe Biden como candidato demócrata han tomado fuerza. El consejo editorial de The New York Times ha sugerido que, dada su actuación, Biden debería considerar abandonar su campaña por la reelección.

Si Biden decidiera “tirar la toalla” a cinco meses de las elecciones, el proceso para sustituirlo sería técnico pero crucial para los demócratas. Biden ya ha sido designado como candidato presidencial demócrata, pero formalmente sería ratificado en la convención del partido en agosto en Chicago. Si renunciara antes de la convención, la decisión recaería en los 3,900 delegados del partido, cuyas identidades y preferencias son mayormente desconocidas para el público.

Este escenario recuerda episodios pasados, como cuando el presidente Lyndon B. Johnson decidió no buscar la reelección en 1968. En tal caso, el Comité Nacional del partido demócrata convocaría una sesión extraordinaria para nombrar a un nuevo candidato. Aunque Kamala Harris, la vicepresidenta de Biden, podría surgir como una opción natural, no hay normas que obliguen a que el compañero de fórmula asuma automáticamente la candidatura.

Además de Harris, figuras como el gobernador Gavin Newsom de California y Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan, también son mencionadas como posibles reemplazos, destacando la incertidumbre y la intensidad política que rodearía tal decisión.