Veracruz.- Edgar Hernández, Premio Nacional de Periodismo, en forma muy acuciosa entrevistó para Notiver al gobernador Javier Duarte de Ochoa, sobre el caso de los maestros, y que hoy retomamos ese diálogo.
¿Le temblaron las corvas?
“No”.
¿Entonces por qué no actuó para imponer su autoridad?
“Lo pensé muchas veces. Pedí la opinión de mi equipo de trabajo, de actores políticos diversos, observé la presión de las familias, el justo y airado reclamo de los sectores sociales, la exigencia de la opinión pública, la presión de los periodistas y moderadores de opinión que me exigían actuar, reprimir”.
¿Y…?
“Es la tentación del poder. En mis noches de insomnio peleaba con mis infiernos, revisaba el referente histórico del 68, lo sucedido en Oaxaca, la refriega de policías y maestros en Quintana Roo y concluí que no les daría un mártir, una bandera, un pretexto para la insurgencia ¡No caeré!, –me dije-… ¡Yo no les voy a dar ese muerto! Más vale un exceso de tolerancia que un caído que marque a mi Gobierno”.
“Y pareciera una contradicción, pero no siempre el camino correcto es el más fácil.
Ahora bien ¿apalear era el camino?
Para mí no. Dicen los clásicos que más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la represión”.
Quien habla es Javier Duarte en charla con este reportero.
Hace más de dos años que no lo veía físicamente. Se muestra relajado, ya le bajó a ese apresuramiento inicial para todo, habla en medio tono, no se distrae, acaso de cuando en vez le da un sorbo a un refresco de cola con dos hielos que tiene a su lado.
Argumenta con vehemencia. Te mira fijamente. Pareciera que te atraviesa como lanza. Es el gobernador de Veracruz que charla primero con los 15 columnistas más críticos de Veracruz en cena en casa Veracruz y luego en plática reservada con este reportero.
“Ha llegado prácticamente a su fin el conflicto magisterial –argumenta el gobernador Duarte-. Fueron casi dos meses en los que por momentos vimos como el desborde popular alcanzaba preocupantes topes. 17 mil maestros marchando por las calles de Xalapa, manifestaciones en Orizaba, el puerto, Minatitlán, la presa Yuribia tomada…”
Duarte, traje azul jaspeado, camisa celeste, una corbata roja moteada y gruesa barba cuidadosamente recortada –una barba que por cierto este fin de semana desaparecerá- se negó a reprimir, no así a actuar con mano dura “que no es lo mismo que con “mano firme… con la ley en la mano”.
¿Y?
“Hubo grupos disidentes que llegaron a exigirme derogara la ley que dio vida a la reforma educativa y yo les argumentaba que era un tema federal, una ley constitucionalmente aprobada por el Congreso de la Unión”.
“A la par las dirigencias sindicales formales de los maestros, la sección 32 y los demás sindicatos que conforman la plantilla magisterial más numerosa del país, que por momentos se veían rebasadas, no aceptaban otro diálogo que no fuera con ellos”.
¿Y México?
“Bueno, pues la Federación con la CNTE encima presionando con marchas por las calles, choques en las inmediaciones del aeropuerto y avenidas del DF, con la politización del movimiento y la penetración de los anarquistas y radicales de izquierda. El Gobierno de la República más que ayudarnos lo que necesitaba era ayuda”.
Este encuentro del gobernador Duarte con importantes moderadores de opinión inició pasadas las ocho de la noche del último jueves. Ya después en corto lo continuó con algunos columnistas, acaso con los que más han cuestionado su Gobierno, mismo que se prolongó hasta pasada la medianoche.
El gobernante quien el 15 de noviembre rinde su tercer informe, siempre mostró un profundo respeto a la postura de los comunicadores. El diálogo resultó fluido. Acaso un poco tenso al arranque.
La relatoría del mandatario giró, en su parte fundamental, en torno al problema magisterial “ya resuelto en un 99 por ciento” y cómo tuvo que actuar al radicarse la movilización en Veracruz y pretender la disidencia nacional trasladar el pleito del DF para acá, “tropicalizarlo”, según sus propias palabras.
“La definición de la Federación de que cada Gobierno estatal debía resolver el conflicto magisterial no siendo nuestro, obligó a diseñar una estrategia en donde las centrales sindicales, digamos formales, las atendería gobierno y las no reconocidas –como la CNTE y movimientos magisteriales surgidos al calor de la protesta- el Congreso del Estado al que convoqué”.
“La consigna era diálogo y después del diálogo la tolerancia, la prudencia y el razonamiento”.
En esa dinámica, reseña el anfitrión Javier Duarte, se llegó a la víspera de la ceremonia de “El Grito” en que había que despejar la Plaza Lerdo tomada por grupos radicalizados.
“La acción se cumplió sin mayores contratiempos. Y si bien hubo protestas y la discreción de nuestra parte, el escándalo que sucedió en las llamadas redes sociales hizo que creciera la movilización de nueva cuenta hasta la magnitud que observamos por cierto con una gran preocupación”.
¿Hubo represión el 14 de septiembre?
“Hubo un desalojo. Un desalojo que duró un minuto. Se despejó la plaza sin heridos a pesar de que circuló la especie de que se había registrado un muerto…
vaya, no hasta en los días posteriores hubo una marcha llevando los manifestantes un féretro. Eso me llamó tanto la atención que mandé investigar quién era el fallecido y resultó que el nombre del muerto que citaban era, en efecto, el de un profesor; pero no estaba muerto, había enfermado tiempo atrás y ni siquiera habían estado en marcha o plantón alguno”.
¿Entonces, qué contenía el féretro?
“Pues no sé, pero el maestro no estaba muerto… en contraparte nosotros sí tuvimos daños. No lo publicitamos, pero tuvimos dos policías lesionados luego que un anarquista les hecho la camioneta encima lesionándolos”.
¿Hubo campaña negra?
“La hubo. Las redes jugaron un papel fundamental. Sin ellas de hecho no hubiera habido un movimiento de la magnitud que vivimos. Luego esas versiones insanas de descuentos a los padres de familia por supuestos pagos de luz a escuelas públicas y otras cuotas. Sin duda el llamado Movimiento Popular del Magisterio creció y creció hasta hoy quedar en una justa dimensión luego del 99 por ciento del regreso de los niños a clases”.
¿Qué va a pasar con los que no regresaron?
“Pues se van a quedar sin chamba, aunque es de destacar que es un grupo menor altamente radicalizado”.
¿Hay aspirantes a ocupar sus plazas?
“Ríos”.
¿Trabajó bien su equipo?
“Sí. Todos los que intervinieron hicieron lo suyo?
¿Erick Lagos?
“Mi Secretario se estrenó en una prueba de fuego y lo hizo muy bien”.
¿Habrá más cambios en su Gabinete?, pregunté antes de concluir.
“Sí. Como en todo Gobierno”.
¿Qué sigue?
“Veracruz ha vivido momentos inéditos, históricos; nunca vistos. Lo mejor está por venir y no es una frase hecha. Vamos al tercer informe donde anunciaremos importantes iniciativas en favor de la equidad de género: habrá participación de la mujer en puestos de elección popular en la misma proporción que los hombres, 50 y 50 para diputados y presidentes municipales; el año próximo tendremos la cumbre de jefes de estado, los Centroamericanos, en diciembre los festejos previos a la conmemoración de la fundación de Veracruz, las inversiones de Portugal, Panamá y el interés chino en el canal transístmico que contempla 200 kilómetros de vía entre el Pacífico y el Atlántico que pasará por Oaxaca y Veracruz ¿se imagina cuánta maquila se podría presentar en ese corredor?
Duarte comenta al despedir a este reportero:
“Son tiempos de sumarse”.
Tiempo al tiempo.