Por: Andrés Timoteo / columnista
Ni nulo ni en blanco, ni ausente ni comprado, ni cooptado ni del miedo, ni de la manipulación mercadológica ni de conveniencia personal, ni al garete. El voto debe ser el producto del razonamiento y del interés colectivo. En las urnas deberán hablar los ciudadanos el próximo domingo en Veracruz, no el dinero ni el aparato gubernamental ni los poderes fácticos –crimen organizado, iglesias u organizaciones empresariales-.
La palabra Voto viene del latín Votum, que era expresar una promesa oralmente a los dioses. Por eso en muchas lenguas latinas voto también es paralelo a “voz”. En francés los votos y la voz ocupan la misma palabra “Voix”. Las urnas son el reservorio de la opinión ciudadana, de la voz del pueblo. Y en Veracruz esa voz es la cuarta más grande de México, pues en la lista de electorales hay inscritos 5 millones 584 mil ciudadanos que están llamados a las casillas el próximo domingo, para elegir a los 212 presidentes municipales.
De ese universo, las mujeres son mayoría, pues ocupan el 53 por ciento contra el 47 por ciento del sector masculino. Pero los jóvenes serán el fiel de la balanza, pues el 40 por ciento de los ciudadanos inscritos en las listas nominales tiene entre 18 y 40 años de edad. Lo malo es que, contrario a esa realidad numérica, son los jóvenes los que menos se interesan en el quehacer electoral. El abstencionismo y peor aún, las campañas para fomentar el voto en blanco o nulo permean entre ellos.
Error fatal, pues ellos serán los dueños del avenir y pagarán las consecuencias de un mal Gobierno elegido en el presente. Un caso preocupante son los jóvenes que viven en un mundo virtual, que piensan que todo pasa por las redes sociales -Facebook, WhatsApp, Instagram, YouTube, Twitter, Snapchat y otras- cuando esas plataformas son meros vehículos de información -y desinformación, por supuesto- y rompen, en algunos casos, la censura en los medios tradicionales de comunicación -sin llegar a convertirse en prensa-, pero no dan para más.
Las redes sociales ni votan ni hacen revoluciones, ni generan cambios tangibles en el quehacer político y gubernamental, por mucho que sirvan de promotores de la libertad de expresión. Entonces, los jóvenes deberán dejar por un rato sus aparatos celulares, sus tabletas o levantarse de la computadora de escritorio para ir al mundo real: a votar físicamente. A ejercer el derecho ciudadano de elegir a sus representantes populares. Ese es un acto físico, no virtual.
Aún con la modernidad tecnológica y el mundo digitalizado, en Veracruz como en todo México y el resto del mundo, la boleta de papel cruzada con un lápiz es el documento que se cuenta y que sirve para elegir a las autoridades. La papeleta marcada alimenta las ánforas y en su conjunto forman la voz popular sobre quien gobernará los próximos cuatro años. Eso no lo puede hacer el teléfono celular ni una pantalla electrónica, ni una conversación en el muro digital. Las redes no votan, se repite.
También en este contexto, hay que acotar que los sufragios en blanco, nulos, en los que se anota el nombre de candidatos no inscritos y los ausentes -el abstencionismo-, sí se cuentan y además perversamente, pues sirven para allanarle el camino a los partidos tradicionales y a los que acostumbran a valerse del fraude. Un ciudadano menos en las urnas, es un voto más para el sistema. Una boleta anulada, es un voto a favor de los tramposos.
Y en el reverso de la moneda, son de utilidad preciosa el ‘voto de castigo’ y el ‘voto útil’. El primero sirve para evaluar al partido que ya estuvo en la encomienda de gobernar o tuvo la representación de los ciudadanos en el Poder Legislativo, y castigarlo si no cumplió con lo prometido a sus electores ni con la Ley. El segundo, el ‘voto útil’, es el instrumento para echar del poder a los pillos y cerrarle el paso a candidatos nefastos e impresentables. ¡Hay que usarlo el próximo domingo!
En fin, faltan unas horas para la cita con las urnas y los veracruzanos deben abandonar el masoquismo electoral, es decir, dejar de votar por sus verdugos. ¡No voten por el lobo! Se pedía hace un año en este mismo espacio, en la víspera de los comicios para renovar la Gubernatura, usando las fábulas plasmadas por el potosino Guillermo Aguirre y Fierro, que hizo en su poema “Elecciones”. Hoy se vuelve a recurrir a ese texto en el afán de azuzar nuevamente el espíritu del cambio, como sucedió en el 2016.
“El león falleció ¡triste noticia!/ y van, con la más pura democracia/ a nombrar nuevo rey los animales. / Las propagandas hubo electorales, / prometieron la mar los oradores, / y he aquí algunos de los electores: / aunque les parezca a ustedes bobo, / las ovejas votaron por el lobo; / y como son de buenos corazones/ por el gato votaron los ratones. / A pesar de su fama de ladinas, / por el zorro votaron las gallinas, / y la paloma inocente, / inocentemente votó por la serpiente.
Las moscas, nada hurañas, / querían que gobernaran las arañas; / el sapo ansía y la rana sueña/ con el feliz reinar de la cigüeña. / Con un gusano me topo/ que a votar se encamina por el topo; / el topo no se queja/ mas da su voto a la comadreja. / Los peces, que sucumben por su boca, / eligieron gustosos a la foca. / El caballo y el perro, no les asombre, / que hayan votado por el hombre. / Y con dolor profundo/ por no poder caminar al trote, / arrastrábase el asno moribundo/ a dar su voto por el zopilote”.
LA SANGRE AL RÍO
La sangre llegó al río el último día de campaña. Y como casi siempre fue la de los más vulnerables. Son los pobres los que aportan la cuota de sangre. En Mixtla de Altamirano, un campesino indígena simpatizante de Morena murió al ser baleado junto con otros dos compañeros por militantes priistas. Los otros dos lesionados sobrevivieron al ataque de los simpatizantes de la candidata del PRI, Belén Cano Flores. En ese municipio no es la primera vez que los priistas llegan a las agresiones físicas contra la oposición.
Tampoco es el único lugar donde eso sucede. Historias similares se cuentan por todos lados, y algunas son peores, pues los protagonistas si bien participan en política electoral también son parte del crimen organizado. Tal es el caso de Coxquihui, municipio ubicado en la Sierra totonaca, al Norte de la entidad, donde fue baleado el domicilio del candidato de la alianza PRI-PVEM, Hazarmaveth Velázquez Jiménez.
Al inicio se culpó a la oposición en el lugar, es decir, al abanderado de la alianza PAN-PRD, Aldo Becerra, pero después se supo que atrás de ese acto -que generó que priistas bloquearan la carretera hacia Papantla por varias horas- estaría el actual alcalde priista, Reveriano Pérez Vega, señalado en un sinnúmero de ocasiones de liderar un grupo delictivo conocido como “Los Pelones”, coludido con la delincuencia organizada.
Pérez Vega es un tipo de peligro -compadre de Héctor Yunes y protegido del innombrable, del que dicen es hasta prestanombres- que no repara en agredir físicamente o asesinar a quien lo enfrente. “Los Pelones” se robaron a punta de pistola las urnas en las elecciones municipales del 2010, por lo que fue anulado el proceso por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf). En los comicios extraordinarios de 2011 el PRI participó solo porque el candidato del PAN renunció, tras las amenazas de muerte de Pérez Vega hacia el abanderado blanquiazul, quien sufrió dos atentados.
En este mismo año, el pasado 19 de marzo, ocho personas fallecieron en una balacera ocurrida en la cabecera municipal de Coxquihui, entre ellos el cuñado del edil, de nombre Emiliano Salazar y cinco policías municipales. La gresca fue producto de un ajuste de cuentas de las bandas del crimen organizado, en las que está inmiscuido “El Pelón Mayor”, como se hace llamar Pérez Vega.
Ayer mismo, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares señaló a Pérez Vega como líder de uno de los grupos criminales que opera en la región serrana del Totonacapan y que está involucrado en el robo de combustible en ductos de Pemex, asaltos al personal de dependencias federales para robar el dinero de programas sociales, secuestros y otros delitos.
Vaya, ahora nada más falta que el senador Yunes Landa, protector de Reveriano Pérez Vega, salga a declararlo perseguido político y un mártir de la democracia, como lo hizo en días pasados con Pascual Lagunes, líder charro del sindicato de Tubos de Acero de México (Tamsa), quien está detenido por ordenar un ataque armado contra obreros disidentes y asesinar a dos de ellos.
LOS TIZNADOS
La diputada Eva Cadena recurrió a su instinto de sobrevivencia, porque todos se cebaron contra ella, incluidos los de su partido, Morena, quienes la querían como una ficha sacrificable y sobre todo silenciosa. El miércoles citó a la prensa y ‘soltó la sopa’: sí hay recaudación ilegal de dinero en Morena, la que mueve las piezas del asunto es la diputada federal Rocío Nahle, lo sabía el dirigente estatal, Manuel Huerta, y los supuestos sobornadores fueron acercados por el coordinador de los diputados locales, Amado Cruz Malpica.
Es más, los bonos entregados por el Congreso Local a la bancada de Morena se utilizan para costear giras y estancias de Andrés Manuel López Obrador, así como para financiar a aspirantes a las candidaturas. Ayer el periódico Reforma publicó el testimonio de Benito Soriano Aguilera, candidato a regidor en Coatzacoalcos por Morena, quien confirma que el coordinador de los diputados locales, Amado Cruz, le entregó 1.2 millones de pesos para financiar su campaña y ese dinero provenía del presupuesto oficial para el pago de asesores legislativos. O sea, es cierto lo que dijo Eva Cadena.
Morena simula transparencia y honestidad. Es más, eso de que la mitad del salario que perciben los diputados locales la donen para universidades públicas, es mera farsa. Lo que denunció la señora Cadena no es nada que no se haya sabido o sospechado con anterioridad. Los pejistas reaccionaron furiosos, entre ellos la zacatecana Nahle, quien ahora cuestiona a la prensa por darle voz a Eva Cadena. Pide a periodistas y medios de comunicación no creerle.
Pero Nahle no dice nada cuando su jefe, López Obrador, tacha a los medios informativos de ser sirvientes de la “mafia del poder” y a los reporteros que están “maiceados”. Hoy, los tiznados de Morena ruegan la atención de la prensa, esa misma que antes llamaron “vendida”, “cochina”, “marrana”, “cerda”, “puerca”, “pasquinera” y otros adjetivos. Las evidencias los hunden y Rocío Nahle como proyecto para el 2018 en Veracruz se tambalea. Ah, y el subtítulo es de ellos mismos porque dicen que “lo que no mancha, tizna”, y tienen razón, están bien tiznados con ese asunto.