Por Alfredo Jalife-Rahme / columnista
PRIMER ACTO- El patán de Urzúa, que siempre se había comportado de manera decente y precavida, renunció de manera indecente vía twitter—como si el tonto fuera Trump—: ofendió a la presidencia de la República, mas que a AMLO,y en forma irresponsable puso en riesgo la estabilidad económica y financiera de México que se reflejó en la fuerte devaluación del peso, haciéndole el juego a los conocidos golpistas antimexicanos, al unísono del motín del Cartel de la Policía Federal,la fuerza paramilitar de @felipecalderon y Genaro García Luna. Es decir:el peor momento posible. Por fortuna, Andrés tomó al toro por los cuernos y contrarrestó el efecto desestabilizador de la carta pésimamente redactada de Urzúa y nombró de inmediato a Herrera, lo cual hizo repuntar la cotización del peso. ¿Quien empujó a Urzúa para perpetrar tamaña afrenta?
SEGUNDO ACTO- El presidente, según me informan, tenía ya cocinada la detención de Juan Collado, conspicuo abogado de la frívola Mafia del Poder. Solo faltaba el momento politico redituable que se precipitó con la extraña y abrupta renuncia desestablizadora de Urzúa quien resultó un vulgar neoliberal.
Pocas horas mas tarde a la operación cicatriz de Andrés en Hacienda detienen en forma espectacular a Collado, intimo amigo conspicuo de 3 ministros de la Corte y del cantante mafioso gachupín Julio Iglesias.
Pero la ciudadania que votó por la 4T en el triunfo del 1 de Julio del histórico 2018 reclama aprehensiones de varios ex-presidentes.
Urge que el presidente @lopezobrador_ encarcele a los ex-presidentes culpables de haber asesinado el alma de México.
Collado es una simple fichita de la frívola Mafia del Poder.
Hoy el presidente de México tiene ante si la oportunidad histórica de dar un golpe de timón que goza del aplastante apoyo ciudadano.
Por lo menos, goza de mi humilde apoyo, en su imperativa tarea de limpieza de la política nacional para enderezar el rumbo de nuestro país, hoy flagelado.