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Río Blanco.- Bajo la realidad del creciente costo de la canasta básica, y el peso de las obligaciones fiscales, el líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en Orizaba, César Silva Reyes, expresó su preocupación por el impacto diluido del reciente aumento al salario mínimo.
A pesar de reconocer condiciones económicas mejoradas para los trabajadores en el país, se refirió a las consecuencias negativas que recaen sobre los ingresos de las familias de la clase trabajadora, especialmente por las cargas fiscales.
Destacó que, aunque el aumento al salario mínimo es bien recibido, también desencadenó una escalada inflacionaria en los productos esenciales.
Adicionalmente, subrayó que el sector obrero aguarda respuestas a sus planteamientos y problemas, cuya solución recae en el Presidente.
Resaltó la gravedad de aplicar las mismas tablas hacendarias a los trabajadores, citando el caso del impuesto sobre la renta (ISR).
Enfatizó que incluso un incremento mínimo en el salario puede resultar contraproducente, ya que coloca a los trabajadores en una nueva categoría de impuestos, anulando así los beneficios del incremento salarial.
Insistió en la falta de estabilidad económica para los trabajadores, ya que, a pesar de los aumentos en los ingresos, deben hacer frente tanto a las modificaciones de los precios de los productos de la canasta básica como a la tasa impositiva aplicada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
“Lo que podría considerarse como un aumento en el salario se disipa en estos pagos, que las familias están obligadas a absorber, por lo que es más lo que pagan que los ingresos”, expresó.