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Psicología Contemporánea y Sus Dificultades.

Superiberia

 

Es importante mencionar que las principales instituciones universitarias en psicología, se han rendido al monopolio de la objetividad y medición, sinónimo de vanguardia y tecnología, formando “entes” alienados que dirigen sus pulsiones y deseo al exterior económico, con formaciones positivistas, “LAE”, mercantiles, y marketineras… que buscan mezquinamente la remuneración económica valorada en el contexto de capital que la zona les ofrece.

La psicología y sus instituciones se han convertido en un negocio con grandes ganancias, a lo que la institución formadora le interesa es el ingreso y egreso de “entes” que son producto y generadores de una ganancia en plata. Así las instituciones crecen y la formación y “conciencia de clase” de sus egresados decrece. Construyéndose una moda social donde los ingresados no se seleccionan por la vocación que esta requiere, sino mas bien por la capacidad de pagar tal proceso de introducción a lo social y al mercado de producción masiva. La producción desmedida y serial de las instituciones formadoras en psicología, han creado una dificultad para la elaboración de redescubrimiento de la realidad en sus integrantes, las altas dosis de control de sujetación aparecen como un bloque de acero que impide la liberación psíquica intelectual; la sublimación se ve superada por la represión. El individuo experimenta inconscientemente la represión de sus cualidades, que son transformadas en un juego ambivalente contra el padre creador, para finalmente convertirse en una neurosis depresiva y delirante a nivel intelectual y emocional, donde no hay cabida y espacio para la creatividad e imaginación; muerte y frenesí, sustentado por la preocupación de una formación vigorosa en tecnología y miserable en la adquisición de conocimientos de la psique.

En el caso de la cultura, la material se manifiesta en un desarrollo altamente vertiginoso, donde la tecnología ocupa un lugar casi preponderante para la evolución de esta, es sabido que una cultura depende en gran escala del sustento de lo material o tecnológico, pero en nuestro tiempo pareciera algo altamente peligroso y nocivo, debido a que se ha mostrado gran preocupación por mantener y lograr una vanguardia tecnológica al exterior que se delata con el planteamiento de una incoherente currícula universitaria. Este desarrollo de lo material ha ocasionado un desequilibrio en el avance de los grupos, dando cabida a la enajenación y al descuido de factores puramente psíquicos del individuo y de la ciencia.

Observamos este avance solo como una muestra benéfica en el arte de lo técnico y las necesidades mercenarias de la civilización económica y política en sí, pero que sucede con las necesidades y los pilares de una psicología, estas han quedado reprimidas en la cultura neurótica, donde la ciencia como es el caso de la psicología se mantiene como el máximo manifiesto de lo ideal vulgar. Se palpa una terrible alianza positiva entre cultura material y no material, que se ha creado por elaborados sistemas históricos que reflejan un desconocimiento psíquico y cultural masivo de los integrantes de dicha cultura. Esta afirmación se encuentra sustentada en esa transferencia de las necesidades objetivas y enajenadas de lo social, donde la tecnología en exceso y los principales principios de convivencia como son los valores, la ética, las normas y la moral, se ajustan de manera adecuada y perfectamente satisfactoria a las necesidades manifiestas del exterior, formando una doble cara que desvirtúa las necesidades subjetivas reales del “individuo”, resquebrajando la realidad en una pulverización de los valores mas íntimos del ser, que no es otra cosa que una neurosis en su configuración mas inherente.

Es aquí donde encontramos ese choque subjetivo entre cultura, sociedad e ideología, entre inconsciente y consciente, entre necesidades manifiestas y latentes, que demuestran una neurosis en la cultura plasmándose en la lucha encubierta entre cultura real, material y no material, de un lisiado hábitat que se es absorbido por el ser, desarrollando una realidad cultural desproporcionada y alejada de un sello y valor coherente. Con esto veo necesario recordar una de las frases de Marx: “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”.

 

 (Fragmento Tomado de ponencia presentada en: XLVII Congreso de la Asociación Psicoanalítica Mexicana APM, Componente de la Asociación Psicoanalítica Internacional IPA y de La Federación Psicoanalítica de América Latina FEPAL, así como el XI Congreso de la Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo AMPAG)

 

 César Sinuhé Gómez Sánchez.

Psicólogo con Orientación Psicoanalítica.

Citas Cel: 271 7493432.

 

http://incientificasypsicoterapia.blogspot.mx

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