Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- La propuesta de Reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), sobre la reducción de ocho a seis horas la jornada diaria de trabajo, obedece a un un movimiento político del partido de mayoría en el Senado, pues es un intento más de lo que quisieron hacer con el aumento de los días de vacaciones.
Sin embargo, la economía de México no está preparada para migrar a este esquema que es un experimento ejecutado en Suecia hace cinco años, un país totalmente diferente, expresó el secretario de la CROM en Orizaba,
Alfredo Hernández Ávila.
La propuesta se encuentra en la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, que implicaría una disminución de 12 horas a la jornada laboral semanal permitida para un trabajador, pero la economía del país no está capacitada para aprobarlo, pues aunque las grandes empresas seguro superarían la medida, las más pequeñas serían
insostenibles.
“Lo que se requiere es generar condiciones para que en México se instale una infraestructura capaz de permitir al trabajador más necesitado producir más, en menos tiempo y ganando
mejor”, expresó.
Consideró que dicha propuesta está incompleta y mal enfocada, pues hacen falta ensayos e ir detectando los trabajos que podrían aplicar esta jornada de seis horas como límite máximo, pues lo primero que se piensa es que, a menor tiempo de trabajo, menos se produce, y en consecuencia si México produce menos, se tendrá menor venta y por consiguiente menos dinero entrará al país.
Refirió que dicha iniciativa se motiva en un experimento ejecutado en Suecia hace cinco años, país totalmente diferente, desde su vocación laboral, sus tecnologías, su infraestructura, nivel medio de educación, realidad económica y hasta necesidades distintas a México; en donde se hizo solo como un experimento, durante 18 meses, 75 enfermeras de un asilo de ancianos acortaron sus jornadas manteniendo el mismo sueldo, teniendo como resultado que las trabajadoras faltaron menos por enfermedad, decían sentirse mejor y, aumentaron en un 85 por ciento las actividades que organizaron a sus
pacientes.
Refirió que ese experimento no se compara ni de cerca con las enfermeras de primera línea de urgencias del IMSS que atienden a cientos de pacientes por turno, aunque no suena imposible, pero tendría que aplicarse en los trabajos extenuantes donde se pone más en riesgo la salud, pero la realidad mexicana es que el sector que más se busca proteger de la explotación es el que busca trabajar más, y recortar el horario, les impedirá alcanzar el gasto familiar.
Consideró que la política tiene que enfocarse en atraer y facilitar la inversión, que la inversión traiga tecnología que permita al trabajador ser el doble de productivo, en el mismo o en menor tiempo con menor esfuerzo y mayor seguridad.
“Creo que eso sí nos permitiría lograr que el trabajador refuerce su productividad, conviva con su familia, les provea con lo suficiente, viva tranquilo y se mantenga saludable. Lo demás es politiquería como dice nuestro Presidente de la República”, precisó.
