Orizaba.- Por la situación que se ha generado en Estados Unidos, debido a la repatriación de migrantes, algunas personas de origen hondureño aunque tengan permiso de permanecer en este País han sido rechazados por su tipo de piel, así lo reconocieron dos de los integrantes del Grupo Cultural “Yura Santo Negro y las Chicas del Ángel”, Lucía Paola y Mauricio X.
Mauricio X manifestó a EL BUEN TONO tener cerca de cinco meses en tierras mexicanas, sin embargo, el trayecto estuvo plagado de sinsabores,“se viven muchas cosas, discriminación, asaltos y nos hemos encontrado con personas que nos quieren extorsionar e incluso los de las camionetas o taxis se aprovechan de nosotros y quieren cobrar hasta 500 pesos por llevarnos a la vuelta, así nos pasó en Oaxaca y en otras partes”.
“Y a pesar de esa dificultad, de las adversidades estamos aquí”, dijo y refirió que es con la idea de buscar nuevos horizontes, ya que en su País no hay oportunidades, “la mayoría de la población vive en extrema pobreza y con eso te resumo todo porque no hay trabajo, no hay oportunidades y el Gobierno no hace nada por ayudarnos, de lo contrario no estaríamos aquí”.
A través de la música buscan salir adelante, “en México hay personas que nos han tratado bien y otras mal, pero falta mayor apoyo del Gobierno, estamos promoviendo la cultura garífuna y la danza Punta, de las más importantes de Centroamérica y que para su ejecución se usan instrumentos de percusión como tambores y caracoles, entre otros”.
Por su parte, Lucía Paola comentó que su familia integró el grupo musical “Yura Santo Negro y las Chicas del Ángel”, llegando a Córdoba a principios del Siglo XXI con visa de turistas, contratados por una empresa local interesada en dar a conocer la tradición garífuna”.
Habitantes estuvieron sorprendidos al verlos cantar y danzar en el parque Castillo, quienes no dudaron en dejarles una moneda. Sobre el tema, la entrevistada manifestó que esta actividad la realizan con el permiso del Ayuntamiento para transmitir su cultura.
Destacó que lleva tres años viviendo de manera legal en Orizaba, y a pesar de tener mucho tiempo por la región sabe de compañeros migrantes que pasan muchos riesgos para llegar al País, y así como ellos, también son rechazados por la población.
Indicó, finalmente, “hay gente que te mira menos, sólo porque somos de este color, tratan mal o nos tienen miedo, pero sin darse cuenta que somos igual que cualquier otra persona, además de que tenemos un gran corazón”.