El 7 de junio de 1938, se crea Pemex, empresa de la que somos propietarios todos los mexicanos. Oro negro en abundancia, promesa de bonanza y ventura.
Promesa incumplida.
Circunstancias de la vida, ahora que Pemex se abre a la inversión extranjera, el precio del petróleo literalmente
se desploma.
De junio pasado a la fecha, el precio del referente barril de petróleo Brent, ha bajado de 115 dls. a que llegó a cotizarse en junio pasado a 63.68 dls., reducción de 44 por ciento.
La mezcla de petróleo mexicano, en el mismo lapso ha descendido desde su punto más alto de junio de 102.41 dls. hasta 54.07 dls., 47% menos.
La violenta caída en los precios del petróleo obedece a una serie de
situaciones concurrentes.
Como disminución de la demanda en países industrializados, clima benigno, estancamiento económico, freno del crecimiento en China, exceso de oferta por la escalada de producción en Estados Unidos como consecuencia del fracking y otras extracciones en
aguas profundas.
Fracking es una técnica empleada para incrementar la extracción de gas —esquisto o shale— y petróleo
del subsuelo.
Consiste en la inyección en la tierra de agua, arena y productos químicos, fracturando la roca madre, provocando el flujo de gas o petróleo al exterior.
Esta técnica es utilizada ya en aproximadamente 60% de pozos de extracción en uso, principalmente y desde hace una década en Estados Unidos.
Prevalece una gran controversia global por el devastador daño ambiental causado por el fracking, —México es un firme opositor—, esencialmente a los acuíferos subterráneos.
Supuestamente fue a mitad de septiembre pasado cuando México adquirió una cobertura financiera petrolera para 2015 con costo de 773 millones dlls. —10 mil 467 millones pesos— considerando el precio del barril a 79 dls.
El pronóstico de producción de crudo para 2015 oscila en 2.4 millones de barriles diarios, de los cuales se estima exportar 1.09 millones de barriles.
Dos preguntas: ¿De haberse concretado la cobertura referida con mayor anticipación —hacia septiembre los precios ya venían en picada— la prima pagada hubiera sido sustancialmente menor? ¿Dicha cobertura comprende el total de la producción estimada?
Desde 2008, en que inició el deslizamiento mensual en precios de combustibles, la gasolina Magna se ha encarecido 97%, la Premium 62.6% y el diésel
138.1 por ciento.
A partir de enero próximo vendrá oootro aumento fijado de acuerdo con la inflación anual proyectada por el
Banco de México.
O sea, si el petróleo sube, la gasolina sube; si el petróleo baja, la gasolina sube. Y a pesar de que en México el salario mínimo es sustancialmente menor que en Estados Unidos, ¡la gasolina en México es 43.3% más cara que en Texas y 75% más que en Oklahoma!.
Discretamente Estados Unidos se encamina hacia su objetivo de autonomía energética; su producción petrolera en los últimos 8 años aumentó 80%, reduciendo así sus compras de crudo al exterior en 62.27%.
Estimando para 2015 incrementar la producción en 12% adicional, razón por la que sus inversiones en mercados globales disminuirían diez por ciento.
Concretamente, Estados Unidos está produciendo ya arriba de nueve millones de barriles diarios de petróleo.
Arabia Saudita y Kuwait, controladores de la OPEP han optado por mantener la producción conjunta de 30 millones de barriles diarios —Venezuela, Rusia e Irán se ven especialmente afectados— a fin de desmotivar a la competencia haciendo menos rentable los campos de fracking.
Sin embargo, el prolongado abaratamiento de petróleo causaría un efecto adicional, la deflación, colocando principalmente al continente europeo en franca exposición. La OPEP prevé contratación a volúmenes de compra petrolera de 6% para 2015.
A México le afecta la baja del petróleo en cuanto a la menor motivación de posibles inversionistas y el castigado precio del mercado, sin embargo, el petróleo ya sólo significa 11.5% de las exportaciones totales, no obstante, importamos 45% de las gasolinas que consumimos.
Lo dicho, Pemex es promesa
incumplida.
*Analista
jrubi80@hotmail.com
