México, D.F.- Dueño de un castellano que envidiaría cualquier niño de su edad, o incluso un par de años más grande, Abimael Pérez García cuenta su historia.
“Yo soy de una comunidad llamada de San Pablo Macuiltianguis, en Oaxaca. Cuando yo era pequeño vivía con mis papás ahí, pero la comunidad prohibía poder hablar la lengua materna”, señaló Abimael, quien cursa el primer año en la Telesecundaria 118 de la capital oaxaqueña.
Como una medida para que la mayoría de la población de San Pablo Macuiltianguis hablara el español, el integrante de la selección de la Academia de Basquetbol Indígena, apuntó que en su comunidad se castigaba a quien hablara el triqui.
“Si alguien hablaba la lengua materna daban castigos, cuando salimos del pueblo yo no la aprendí, pero me doy cuenta de que es algo bonito, que aparte de que me gusta, quiero aprender. Por eso les digo a mis abuelitos que me enseñen”, señaló Abimael, quien terminó la primaria con promedio de 10.
Sobre las sanciones que imponían en su comunidad por hablar el triqui, Abimael no quiso especificar de qué tipo eran y prefirió opinar que se debe apoyar más la lengua indígena, como lo hacen en otras poblaciones.
“El basquetbol es nuestra salida. Ya no es un deporte sino nuestra salida”, comentó.
La próxima oportunidad que tendrán Abimael y el resto de los Gigantes descalzos de la montaña será del 14 al 16 de diciembre, cuando viajen a Los Ángeles para disputar la primera copa Oaxaca México-Americana.
AGENCIA