AGENCIA
Apatzingán.- La mañana de este martes, un artefacto explosivo improvisado (AEI), tipo mina, cobró la vida de Ramón Paz Salinas, un productor de limón y profesor rural de 69 años. El trágico incidente ocurrió cuando Paz Salinas viajaba en su camioneta desde la localidad de Las Bateas hacia El Tepetate, en el municipio de Apatzingán, Michoacán. Al pasar por una de las zonas afectadas por estos artefactos, el docente activó el explosivo, lo que provocó su muerte instantánea y el incendio del vehículo.
Ramón Paz, conocido por su carácter altruista y su dedicación a las comunidades rurales más desfavorecidas de la región de Tierra Caliente, dejó un vacío profundo entre los habitantes de la zona, quienes lamentaron su partida y destacaron su incansable trabajo en la enseñanza y la agricultura.
Este lamentable evento marca el tercer caso relacionado con artefactos explosivos improvisados en Apatzingán, una problemática creciente en esta zona del país, que ha visto varios incidentes en los últimos meses. En otro hecho reciente, los restos de dos hombres fueron hallados calcinados y cercenados dentro de una camioneta incendiada, después de que el vehículo activara un AEI en la entrada de Las Bateas. Las víctimas, también relacionadas con el ámbito agrícola, perdieron la vida de manera instantánea en el mismo municipio.
En el ámbito laboral, el pasado 9 de enero, otro incidente con un AEI dejó a un jornalero herido cuando el tractor que conducía en una huerta explotó al pasar sobre el artefacto. Las esquirlas dañaron el vehículo y causaron graves lesiones al trabajador agrícola.
Además de los ataques con explosivos, la violencia en Apatzingán sigue desbordándose. Este martes, se reportó el hallazgo de una cabeza humana abandonada frente a la presidencia municipal de la localidad, lo que generó una intensa movilización de fuerzas de seguridad. El Cártel Michoacán Nueva Generación (CMNJ), un bloque criminal vinculado con Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación, se ha atribuido tanto los ataques con explosivos como el homicidio y el macabro abandono de los restos humanos.
Las autoridades siguen investigando estos hechos, que reflejan el creciente poder de las organizaciones criminales en la región, y su impacto devastador en las comunidades locales, quienes se enfrentan a una creciente sensación de inseguridad e impotencia frente a la violencia imparable.