AGENCIA
Familias campesinas de 19 municipios en el estado de Oaxaca, donde se encuentran cientos de pueblos chocholtecos y mixtecos, se enfrentan a una aguda escasez de maíz en el ciclo primavera-verano de 2023. Esta situación se debe a la pérdida de más de dos mil toneladas de maíz, resultado de la sequía y la irregularidad de las lluvias en la región.
Justino José Pérez, un campesino de San Cristóbal Suchixtlahuaca, expresó su preocupación por la situación que afecta a los pueblos mixtecos y chocholtecos, así como a los mazatecos de la región Cañada. La sequía pone en riesgo la vida de los habitantes al dificultar el abastecimiento de los mantos acuíferos.
Pero lo que es aún más alarmante es la afirmación de Justino José Pérez, quien es también miembro del Consejo de Gobierno Comunitario Municipal y Agrario de la Nación Chocholteca (Ngigua-Ngiba). Según él, la escasez de lluvias no solo se debe al cambio climático, sino que también está relacionada con la intervención de avionetas rentadas por empresas avícolas y porcícolas. Estas avionetas, conocidas popularmente como “antilluvias”, dispersan sustancias químicas, aparentemente yoduro de plata, con el objetivo de disolver las nubes y evitar que se produzca lluvia.
Este rumor sobre la intervención de avionetas se ha vuelto cada vez más frecuente en la región a lo largo del tiempo, y se ha relacionado con el crecimiento de granjas avícolas y porcícolas en la zona. Bernardo Serra Santiago, otro miembro del Consejo, afirmó que estas avionetas deliberadamente evitan que llueva, lo que afecta gravemente a las comunidades agrícolas que dependen de la lluvia para sus cultivos.
Los campesinos afectados han demandado la retirada de las granjas avícolas y porcícolas en Coixtlahuaca, Tequixtepec y Tepetlapa, acusándolas de recurrir a esta práctica debido a que la lluvia disminuye la producción de huevos y afecta a la temperatura, lo que incide en la producción de carne de cerdo.
En un intento por abordar esta problemática, el diputado local Horacio Sosa Villavicencio ha propuesto reformas al Código Penal para sancionar a quienes utilicen avionetas para dispersar las lluvias. La propuesta incluye la posibilidad de imponer penas de hasta 25 años de cárcel y multas significativas a los responsables de las empresas involucradas en esta práctica.
La dispersión de las lluvias no solo ha afectado gravemente a las comunidades campesinas en Oaxaca, que dependen en gran medida de la agricultura de temporal, sino que también ha tenido un impacto negativo en los recursos hídricos, como ríos, arroyos y pozos, al impedir la recarga de los mantos acuíferos en la región. Las comunidades afectadas siguen luchando por la prohibición de estas prácticas y por la protección de sus medios de subsistencia.