Orizaba.- Prevalece en la sociedad una cultura altamente violenta, a través de corrientes como el machismo y el feminismo, las cuales empiezan desde el noviazgo.
En materia de feminicidios, el individualismo y la criminalización de las víctimas afecta a la sociedad, porque desensibiliza a las personas sobre el dolor ajeno, así lo mencionó el psicólogo clínico Alejandro Di Grazia Rao.
Consideró que se tiene que trabajar arduamente en la autoestima y no sólo “crear” mujeres “guerreras”. “Se debe empoderarlas desde el ser y la esencia, es decir, ‘no necesito gritar ni pelear para hacerme respetar y aprender’”.
Indicó que lo más importante es tomar decisiones desde el momento en que uno de los dos integrantes del noviazgo no es querido. “Tienes que darte la media vuelta e irte; hay muchas manifestaciones donde la mujer se da cuenta de que no es querida y aun así se queda, proyectando la imagen de estar ‘pidiendo limosna’”.
En el marco del Congreso “Mujeres Poderosas, Mujeres DIF”, el cual se realizó con el objetivo de motivar a las presentes y, sobre todo, empoderarlas, Di Grazia Rao dijo que es de suma importancia que las féminas aprendan a poner límites, pues hay muchos factores que intervienen y que hacen que ocho de cada 10 parejas sufran algún tipo de violencia.
“Las chicas quieren ser iguales que los chicos y no se dan cuenta de que empiezan a crear una lucha de poder, en la que, por la cultura, el hombre es el que pisa”, destacó.
Comentó que hay muchos espacios donde se “desborda” la violencia, la cual se presenta de manera sutil, pero que no deja de ser negativa.
“Se vive en un banco (la violencia); en la calle; en la casa y en la intimidad; estamos en una cultura violenta. El machismo y el feminismo son parte de esta realidad. Creo que debemos crear un espacio donde los hombres puedan trabajar su masculinidad”, aseveró.
Para finalizar, resaltó que es necesario hacer cambios importantes en los conceptos; que las mujeres se reeduquen, dejando atrás los modelos aprendidos en la familia desde pequeñas, los cuales son muy difíciles de quitar, “porque se vuelven una creencia”.
