Florestán
En lo que va de sus 804 mañaneras al día de ayer, el presidente López Obrador se ha referido a este reportero en 66 ocasiones, siempre atacando, hostigando, denostando.
Es su método cuando el tema sigue estando en Houston y en una realidad económica, criminal, social y sanitaria que se agrava y no ha podido resolver, al
contrario.
La economía difícilmente crecerá en su sexenio, a pesar de su anunciado 4 por ciento anual; el crimen organizado está en uno de sus momentos más altos al igual que los homicidios dolosos, que superan al día de ayer 114 mil 500 en lo que va de su gobierno; la pobreza ha aumentado en casi 5 millones de personas y México ocupa el cuarto lugar mundial en muertes por Covid, todos
datos oficiales.
En este escenario recurre a distractores, desde el Penacho de Moctezuma hasta el ataque cotidiano, intolerante, contra periodistas, entre los que me ha destacado al punto de citarme ayer cuatro veces.
Primero, refiriéndose a mi compañera Azucena Uresti y su cobertura del 8M, dijo que estaba como Joaquín López-Dóriga, esperando que hubiera enfrentamientos.
Segundo, insistió sobre Azucena, de quien no pudo ni mencionar bien su nombre: Es como
López-Dóriga.
La tercera fue cuando defendió el amurallamiento de su Palacio; expresó: Porque como diría López-Dóriga, la nota es la nota, y se
carcajeó, burlón.
Y en la cuarta, al defender el muro de su Palacio, dijo: Si me pongo a ver lo que iba a decir López-Dóriga, y otros dos periodistas, con ellos nunca quedo bien.
Ya hace unos días me había dado por finado, como dijo, lo que no le di importancia por ser un error de cabeza.
Pero cuatro ataques personales en una sola mañana ya es un asunto que va más allá de un demócrata y lo coloca en otro terreno.
Solo le digo: Presidente, usted siga con su ofensiva, yo aguanto eso y más en este y en cualquier terreno. Usted lo sabe.
RETALES
1. AMPARO. El ministro Alberto Pérez Dayán ha sostenido a sus pares que él no entregó su proyecto sobre la ex cuñada de Alejandro Gertz Manero. El que se haya filtrado es un delito. Lo importante ahora es que la misma Corte investigue y revele quién lo hizo;
- DISPARO. La inflación en febrero saltó .83 por ciento, lo que lleva la anualizada a 7.28 por ciento, nivel no visto desde hace 21 años. El Inegi apunta, entre otros factores del disparo, a las alzas en los precios del gas doméstico y de la gasolina Magna, que en el discurso presidencial no han aumentado; y
- PAUSA. El Presidente confirmó lo que le había adelantado: que no recibirá al ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, e insistió en lo de la pausa con España. La respuesta se la dio el visitante: estas relaciones se aceleran solas, es decir, no hay pausa ni por decreto, digo yo.