CDMX.- México puso ayer las bases para modernizar su sistema educativo, optimizar los recursos que destina a la educación y dejar de ser el último país de la OCDE (Organización para la cooperación y el Desarrollo) en Educación.
En el escenario de las grandes ocasiones, el Palacio Nacional, el presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Educación Aurelio Nuño presentaron el nuevo modelo educativo con el que México quiere entrar al Siglo XXI para dejar atrás el rezago en educación pública. Hacía falta una “revolución educativa” dijo Nuño durante su presentación.
La modernización en el sector, impulsada por Peña Nieto, cuenta con tres novedades respecto al sistema vigente diseñado en los años sesenta durante el Gobierno de Adolfo López Mateos.
La primera, es dejar atrás las viejas técnicas de memorización para modernizar la forma de enseñar. Un modelo pedagógico que ayude a pensar al alumno y los anime a investigar, analizar la información, sintetizarla y presentarla de forma estructurada, que “aprendan a aprender” resumió el Secretario de Educación.
El cambio implicará: formar a los maestros, elaborar nuevos libros de texto, dotar a las escuelas de servicios, desde retretes a conexión de Internet, y mejorar la equidad y la inclusión en comunidades marginadas.
Otra de las innovaciones será imponer el Inglés desde el nivel primaria.
La tercera novedad será la autonomía que logran las escuelas. Un 80 por ciento del nuevo sistema será igual para todos los colegios públicos del País, pero un 20 por ciento quedará en manos de profesores y padres para que lo ajusten según sus necesidades.
El nuevo modelo educativo cuenta con varios retos que ponen en duda el alcance de la medida, como el dinero, por lo que será difícil que se pueda capacitar a los maestros.