Finalmente, y aún cuando sólo fuera de manera temporal, el Pacto por México colapsó… dejando en suspenso la que, para el gobierno al menos, resulta ser la más importante y estratégica de las reformas previstas en el mismo: la energética.
Ayer, efectivamente, luego de que su Consejo reiterara, apenas la pasada semana y tras superar la inconformidad de no pocos, la decisión de mantener su participación en el mecanismo de concertación signado el 2 de diciembre último, el Partido de la Revolución Democrática anunció su decisión de abandonarlo, alegando falta de voluntad democrática del priismo y, en paralelo, la colusión del panismo con el gobierno en el aval de una reforma “privatizadora” del sector energético.
Como era obvio de esperar, el sólo anuncio del retiro del PRD del Pacto encendió todas las alarmas, igual en el ámbito oficial que de la oposición de derecha. En el gobierno, pendiente aún de dictaminar la reforma en materia de energía, por razones más que obvias, y en Acción Nacional “por lo mucho que queda pendiente…” y, más, en razón de las específicas condiciones que permitieron al perredismo dejar, “prácticamente sin asumir costo alguno…”, la mesa de los acuerdos.
Y esto último, porque si bien el “descafeinado” dictamen sobre las iniciativas de corte político-electoral confeccionado al interior del Senado podría justificar tal decisión, lo cierto es que la impericia mostrada por los operadores de gobierno y PRI, y del panismo -particularmente del maderista (des)coordinador Jorge Luis Preciado- para conducir la negociación respectiva, no hizo más que sentar las bases para que, hoy, el sol azteca pueda, de manera cómoda y (casi) en medio de aplausos, abandonar el Pacto cuya vigencia, hace apenas una semana -cuando se discutía la cuestionable reforma de carácter hacendario y fiscal, que sus legisladores apoyaron- defendieron “con todo y contra todos”.
Más allá de las innegables consecuencias negativas que para el país pudiera acarrear tal decisión, entonces, no es por demás ocioso destacar que, si bien habrá quienes censuren al perredismo y a sus principales liderazgos por ello, las condiciones para que pudieran hacerlo como lo hicieron fueron construidas -quiero pensar que de manera involuntaria- por sus opositores del PAN y del PRI…
Mejor, imposible…
Asteriscos
* Merecido, sin duda, el reconocimiento que “por su importante contribución al fortalecimiento de la democracia en el país” entregó ayer la Comisión de Igualdad y Género de la Cámara de Diputados, que encabeza la perredista Malú Micher a organizaciones tales como la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem) de Guadalupe Arellano, la Fundación para el Desarrollo Social y la Promoción Humana, y la Comisión Mexicana de Derechos Humanos (CMDH) de Eugenia Diez, entre otras. “Honor a quien honor merece…”, diría alguno.