Veracruz.- En la región de Martínez de la Torre, Veracruz, los caminos rurales se están llenando de toneladas de limón persa tiradas por los propios productores. La razón: los precios han caído drásticamente, lo que los obliga a desechar la cosecha en lugar de incurrir en pérdidas por los costos de transporte y venta. Aunque los limones son de buena calidad, el mercado demanda cítricos más pequeños, mientras que los productores cosechan limones de mayor tamaño, que son pagados a precios muy bajos o como “producto de segunda”.
Este problema no solo afecta a los agricultores, sino a toda la cadena productiva, incluidos empacadores, transportistas y comercios locales, lo que tiene un impacto económico en toda la región. A pesar de que algunos intentan regalar las rejas de limón, ni siquiera se aceptan, ya que todos en la ciudad cosechan en grandes cantidades. La situación podría empeorar si no se toman medidas, ya que los productores enfrentan un alto endeudamiento y el cierre de unidades productivas.
Aunque se espera una posible mejora en los precios para enero, los productores continúan tirando el limón, con el precio de la reja que hace unos meses superaba los $1,000 pesos y ahora apenas se paga como un producto de bajo valor. La volatilidad del mercado sigue siendo un reto para la agricultura local.