
Agencias
Cada Semana Santa, no falta quien asegure que el Viernes Santo “siempre llueve”, porque es un “día sagrado” y el cielo llora para “lavar los pecados de la humanidad”. Incluso hay quienes afirman que la lluvia llega puntualmente a las 3:00 de la tarde, en recuerdo de la hora en que Jesús murió en la cruz. Sin embargo, esta creencia no tiene base científica ni religiosa concreta.
🌧️ ¿Una señal divina?
Algunas personas interpretan la lluvia del Viernes Santo como un castigo divino, recordando el sufrimiento de Cristo a manos de los romanos. Esta visión, sin embargo, se aleja del mensaje de amor y perdón que predica el cristianismo, particularmente el del Nuevo Testamento, donde Dios es presentado como misericordioso, no castigador.
☁️ ¿Y qué dice la ciencia?
La realidad es que, desde el punto de vista meteorológico, marzo y abril son meses en los que se registran lluvias en distintas regiones del país debido a los cambios estacionales: es el inicio de la primavera en el hemisferio norte. Las precipitaciones pueden deberse a la interacción entre frentes fríos y masas de aire cálido, generando inestabilidad en la atmósfera.
Además, algunos años coincide que llueve no sólo en Viernes Santo, sino en varios días de la llamada Semana Mayor, lo cual refuerza la idea entre la población, aunque en realidad se trata de una coincidencia climatológica.
🌕 ¿Influye la Luna?
También hay quienes atribuyen estas lluvias a la influencia de la Luna llena, como la llamada “Luna rosa”, que ocurre en abril. Se cree que su fuerza gravitatoria podría provocar perturbaciones atmosféricas que favorezcan la lluvia. No obstante, esta relación no ha sido científicamente comprobada.
🧠 ¿Y si es solo percepción?
Otra explicación es psicológica: las personas tienden a recordar más los eventos negativos o llamativos. Así, una tormenta durante un Viernes Santo —que además suele coincidir con vacaciones y actividades al aire libre— se queda más grabada en la memoria colectiva.
🙏 Un día de reflexión, no de pronóstico
Para la Iglesia católica, el Viernes Santo es un día solemne para recordar la crucifixión de Jesucristo. Es una jornada de silencio, reflexión y recogimiento, pero la lluvia no forma parte de ningún rito o simbolismo oficial de esta conmemoración.
En conclusión, no hay evidencia de que llueva cada Viernes Santo por una razón teológica o mística. Si cae lluvia ese día, es simplemente una coincidencia climática… o el resultado de nuestra tendencia a ver señales en todo lo que nos conmueve profundamente.
